¿Qué Has Dado por Él?

 "Como posesión comprada por Dios, estamos bajo contrato para trabajar como Cristo trabajó
en Su servicio divino, no de acuerdo con nuestras inclinaciones naturales, sino en armonía
con el Espíritu de Dios. Pero la vida de los hombres, tal como la encuentra el Evangelio,
está llena de pecado.

Al ceder a la tentación, han debilitado su poder para obedecer. Sus corazones son 'engañosos
más que todas las cosas, y perversos'. Están muertos en transgresiones y pecados, y en sus propias
fuerzas no pueden hacer ningún bien.

A fin the servirle a Dios de una manera aceptable, debemos nacer de nuevo.
nuestro carácter, que está en oposición al Espíritu de Dios, debe ser desechado. Debemos ser hechos
nuevos hombres y mujeres en Cristo Jesús. Nuestras vidas viejas y no renovadas deben dar lugar a una
vida nueva: una vida llena de amor, de confianza, de obediencia voluntaria... A menos que se produzca
el cambio, no podemos servir a Dios correctamente."  The Youth's Instructor, 9 de septiembre del 1897.

"Cristo odia el pecado. De parte de Él, el mal recibió una severa reprensión. Pero aunque odia el pecado,
ama al pecador. Dejando a un lado sus riquezas y su gloria, vino a esta tierra a buscarnos a nosotros,
pecadores, extraviados e infelices, para guiarnos al cielo.

Se humilló a sí mismo y tomó sobre sí nuestra naturaleza, para hacernos semejantes a él, puros y rectos,
libres de contaminación. Sufrió más de lo que cualquiera de ustedes será llamado a sufrir. Él dio todo por ti. ¿Qué has dado por Él?" The Signs of the Times, 9 de diciembre del 1897.