Nota Editorial: El 2010 será recordado como el año más mortífero en una generación. Un año lleno de terremotos, tormentas y temperaturas extremas que costaron miles y miles de vidas.
El 2011 ha comenzado con algunos eventos dramáticos que han llamado la atención alreadedor del mundo.
Después de que cientos de pájaros cayeron muertos del cielo y peces muertos han aparacido en el agua, muchos están citando a Oseas 4:3, que dice los siguiente:"Por lo cual se enlutará la tierra, y extenuaráse todo morador de ella, con las bestias del campo, y las aves del cielo: y aun los peces de la mar fallecerán."
Ciertamente estamos viviendo en tiempos de temendo interés para los estudiantes de la Biblia.
Han habido terribles inundaciones en Brasil y en Australia.
Australia ha dicho que las inundaciones que acaba de sufrir el país costarán más que ningún desastre que la nación ha sufrido hasta ahora.
La tasa de desempleo en España ha alcanzado un 19%, en los Estados Unidos se acerca a un 14%, en el Reino Unido ha llegado a los 2 millones.
El Dow-Jones se acerca a 4,500 puntos.
En muchos países, jóvenes que se han graduado de profesiones universitarias han reportado que no pueden encontrar empleo.
El oro se está vendiendo a $2,800 dólares la onza.
Muchos se sienten ansiosos acerca de su futuro y supervivencia en este mundo.
La pluma inspirada ha dicho lo siguiente:
Los ángeles están ahora sujetando los vientos de la lucha para que no soplen hasta que el mundo sea advertido de su cercana condenación; pero se está perparando una tormenta, lista para estallar sobre la tierra; y cuando Dios ordene a sus ángeles que suelten los vientos, habrá una escena tal de lucha, que ninguna pluma podría describirla.
Está muy cerca el momento en que habrá en el mundo una tristeza que ningún bálsamo humano podrá disipar. Se está retirando el Espíritu de Dios. Se siguen unos a otros en rápida sucesión los desastres por mar y tierra.¡Con cuánta frecuencia oímos de terremotos y ciclones, así como de la destrucción producida por incendios e inundaciones, con gran pérdida de vidas y propiedades! Aparentemente estas calamidades son estallidos caprichosos de las fuerzas desorganizadas de la naturaleza, completamente fuera del dominio humano; pero ent odas ellas puede leerse el propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio de los cuales él procura despertar en hombres y mujeres un sentido del peligro que corren.
El trabajo que hace mucho tiempo debería haber sido hecho en la activa operación de ganar almas para Cristo no ha sido realizado. . . .El tiempo se acerca cuando grandes ciudads serán devastadas, y todos deberín estar aparcibidos de estos juicios venideros. Pero, quién está dando al cumpliminto de esta obra la labor plena que Dis requiere? . . .
Hasta el momento presente no se ha realizado en las ciudades ni la milésima parte del trabajo que debía haber sido hecho, y que debería realizarse si hombres y mujeres cumplieran con todo su deber.
¡Oh, si el pueblo de Dios tuviera conciencia de la inminente destrucción de miles de ciudades ahora ahora casi entregadas a la idolatría!
Continuará. . .
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