Thursday, May 31, 2018

La Vida de Cristo Tocó a la Gente-Parte 1



Nuestro Salvador no vivió en una misteriosa reclusión durante los años que precedieron a su ministerio público. Vivió con sus padres en Nazaret y trabajó con José en el oficio de carpintero. Su vida era simple, libre de cualquier extravagancia o exhibición. Cuando llegó el momento de comenzar su obra pública, salió proclamando el Evangelio del reino. Al final de su obra, conservó la simplicidad rn sus costumbres. Eligió a Sus ayudantes de los rangos inferiores de la vida. Sus primeros discípulos fueron humildes pescadores de Galilea. Su enseñanza era tan sencilla que los niños pequeños lo entendían, y después se podían oír repitiendo Sus palabras. Todo lo que dijo e hizo poseía el encanto de la simplicidad.

Cristo fue un observador minucioso, notando muchas cosas que otros pasaban por alto. Él siempre fue útil, siempre estuvo listo para hablar palabras de esperanza y simpatía a los desanimados y desconsolados. Permitió que la multitud lo oprimiera, y no se quejó, aunque a veces casi lo levantaba de sus pies. Cuando se encontró con un funeral, no pasó de largo en forma indiferente. La tristeza se apoderó de Su rostro cuando vio la muerte, y lloró con los dolientes. Manuscript 20, 12 de febrero del 1902.

Continuará.

Thursday, May 24, 2018

El Médico Compasivo



 Jesús, precioso Salvador, nunca pareció cansarse de las importunidades de las almas enfermas de pecado y de los enfermos de todo tipo de enfermedades. " Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas" (Marcos 6:34). Eso significa mucho para los que sufren. Él identificó su interés con el de ellos. Compartió sus cargas. Sintió sus temores. Tenía una compasión anhelante que era dolor en el corazón de Cristo.
¡Oh, qué amor, qué amor inigualable! Se ha convertido en uno con nosotros para poder compartir con la humanidad en toda su experiencia. Fue tentado en todos los puntos como nosotros, sin embargo, no tuvo pecado. La humanidad no debe ser devaluada como algo barato y común. Cristo vistió su divinidad con la humanidad para que la humanidad pudiera ser revestida con la justicia de Cristo. El hombre es el objeto de su solicitud y gran amor.
     Redención - ¡Oh, cuánto está comprendido en la palabra! Todos los que consienten en ser redimidos son elevados y santificados, redimidos a través de Jesucristo de toda vulgaridad y mundanalidad, y capacitados para cooperar con Dios en la gran obra de la salvación. Jesús aceptó a la humanidad y reveló en su propia vida y carácter lo que puede llegar a ser el hombre incluso cuando, en la providencia de Dios, se lo coloca en las circunstancias más pobres de la vida. No tenía ni un centavo con el que pudiera pagar el dinero del impuesto exigido, y realizó un milagro para obtener la pequeña suma.
Jesús, el precioso Salvador, no tenía hogar y muchas veces tenía hambre. Él no tenía dónde recostar su cabeza. Él estaba cansado a menudo. La humanidad es honrada porque Jesús asumió la humanidad para revelar al mundo lo que la humanidad puede llegar a ser. Él vino a traer la vida y la inmortalidad a la luz, para llenar las actividades más comunes, más hogareñas de la vida con brillo. Jesús se inclina sobre nosotros, busca en nuestros caracteres para ver si su propio carácter se refleja en nosotros. That I May Know Him, pág. 47.

Concluido.

Wednesday, May 16, 2018

Se Nos Promete Ayuda




El Señor desea que sus hijos ejecuten bien su parte, y que estén en paz el uno con el otro por medio de Cristo, el pacificador. Cuando Cristo mora en el corazón, las facultades de todo el ser trabajan en unidad y armonía. Toda la razón de la persona individual y los afectos, sabiendo cómo actuar, se unen armoniosamente. Como un rey en su trono, la razón gobierna la maquinaria de trabajo.

Puede ser que se necesite mucho trabajo para la construcción de tu carácter, puese ser que eres una piedra áspera que debe ser cuadrada y pulida antes de que sea apta para llenar un lugar en el templo de Dios. No debe sorprenderse si con un martillo y un cincel Dios corta sus defectos de carácter, hasta que esté preparado para llenar el lugar que Él tiene listo para usted. Ningún ser humano puede hacer ese trabajo. Solo por Dios puede hacerse. Y ten la seguridad de que no dará un golpe inútil. Cada uno de sus golpes es dado en amor, por tu bien y felicidad eternos. Él conoce tus debilidades y trabaja para restaurar, no para destruir.

¿Por qué nos apartamos de la sabiduría divina paravolvernos a la sabiduría humana? Dios ve el deshonor que le hacemos. Él sabe que en la humanidad no encontraremos consuelo para nuestras penas, y Él se apiada de nosotros porque estamos tan necesitados, pero estamos tan poco dispuestos a convertirlo en nuestro Confidente, nuestro Portador de las carga. Él ve a los seres humanos menospreciando el amor y la misericordia que se les proporciona, y dice tristemente: "no queréis venir a mí para que tengáis vida" Juan 5:40.
    
     Nuestra desconfianza es un insulto para Aquel que ha hecho tanto por nosotros. Él nunca descuidará a los que vienen a él. De los pobres, desmayados, cansados de mirar a la humanidad solo para ser traicionados y olvidados, Cristo dice: " ¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo" (Isaías 27:5). 
Cristo desea decir de Su pueblo como lo dijo de Israel de antaño, " Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor" (Ezequiel 16:14).--Manuscript 5, 15 de enero del 1901.

Concluido.

Thursday, May 10, 2018

Nuestra Obedience Habilita a Dios Para Cumplir sus Promesas


Seamos leales y fieles a todos los preceptos de la ley de Dios. El Señor declara que si obedecemos los principios de Su ley, esos principios serán nuestra vida. . .
Los preceptos de la ley de Dios no eran la producción de ninguna mente humana, ni fueron promulgados por Moisés. Fueron enmarcados por el que es infinito en sabiduría, por aquel que es Rey de reyes y Señor de señores, y por Él fueron proclamados desde el Sinaí en medio de escenas de terrible grandeza. De la obediencia a esos preceptos dependía de la prosperidad de Israel.
"Cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma". Dios no nos dio Sus mandamientos para que obedezcamos cuando lo deseamos, y para desobedecerlos cuando queremos. Son las leyes de Su reino, y deben ser obedecidas por Sus súbditos. Si Su pueblo obedeciera Su ley con todo el corazón, el mundo se le daría un verdadero testimonio al mundo de que aquellos a quienes ha reconocido como Su pueblo, su tesoro peculiar, verdaderamente lo honran en todo lo que hacen. La lealtad a Dios, la obediencia incuestionable a su ley, haría de su pueblo una maravilla en el mundo, porque podría cumplir sus ricas y abundantes promesas en ellos, y hacerlos una alabanza en la tierra. Serían un pueblo santo para él.
"Ahora, pues," declara Dios, "si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra."
¡Qué maravillosa es la extensión de las promesas de Dios! Y son dadas a todos los que escuchen Su Palabra, creyendo Sus declaraciones y obedeciendo Sus mandamientos. La obediencia a su ley es la condición de la felicidad futura y eterna. Southern Watchman, 16 de febrero del 1904.
 
Concluido.

Thursday, May 3, 2018

Usando los Dones Divinos de Acuerdo a la Voluntad de Dios


Muchos, en lugar de consagrar sus medios al servicio de Dios, consideran su dinero como propio, y dicen que tienen derecho a usarlo como lo deseen. Al igual que los habitantes del mundo de Noé, usan los dones de Dios en su propio servicio. Hasta algunos que profesan conocer y amar al Señor hacen esto. Dios les ha revelado su voluntad. Él los ha llamado a entregar todo lo que tienen para Él; pero el amor del mundo ha pervertido su voluntad y endurecido sus corazones. Se niegan a obedecer a Aquel a quien le deben todo lo que tienen. Independientemente de su llamado, juntan sus tesoros en sus brazos, olvidando que el Dador tiene algún derecho sobre ellos. Así las bendiciones dadas por Dios se convierten en una maldición, porque se hace un mal uso de ellas.
Cristo entendió el peligro del amor al dinero; porque dijo: "¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!". . . Hoy Él nos llama a prestar mucha atención a nuestros intereses eternos. Él nos haría subordinar cada interés terrenal a su servicio. "¿De qué sirve ganar el mundo entero," Él pregunta, "si se pierde la vida?"
El derecho de Dios a nuestro servicio se mide por el sacrificio infinito que ha hecho para nuestra salvación. "¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios!" Por nuestro bien, Cristo vivió una vida de tristeza y privación. Fue puro y santo, pero sobre Él fue puesta la iniquidad de todos nosotros. . . . Con un toque de Su mano sanó a los enfermos; sin embargo, sufrió dolor corporal grave. Expulsó a los demonios con una palabra, y liberó a los atados por las tentaciones de Satanás; sin embargo, tentaciones como nunca han acosado a nadie lo atacaron. Levantó a los muertos por su poder; sin embargo, sufrió la agonía de una muerte terrible.
Todo esto Cristo lo sufrió por nosotros. ¿Qué le estamos dando a cambio? Él, la Majestad del cielo, se sometió pacientemente al desprecio y al insulto. . . . ¿Deberíamos considerar cualquier sacrificio por Él como demasiado grande? ¿Deberíamos vacilar en rendirle a Dios nuestro servicio razonable? Signs of the Times, 21 de enero del,1897. 
Concluido.