Thursday, July 26, 2018

Estamos Completos en Cristo

Cuando el pecador contempla los encantos incomparables de Jesús, el pecado ya no le parece atractivo; porque observa al que es Señalado entre diez mil, Quien es todo él codiciable. Él se da cuenta por medio de una experiencia personal del poder del Evangelio, cuyo inmensidad de designio se iguala solamente a su valor de propósito.

Tenemos un Salvador viviente. Él no está en la nueva tumba de José; Ha resucitado de los muertos y ha ascendido a lo alto como Sustituto y Garantía de cada alma creyente. . . . El pecador es justificado por los méritos de Jesús, y este es el reconocimiento de Dios de la perfección del rescate pagado por el hombre. Que Cristo fue obediente hasta la muerte de la cruz es una prenda de la aceptación del pecador arrepentido ante el Padre. Entonces, ¿nos permitiremos tener una experiencia vacilante de dudar y creer, creer y dudar? Jesús es la Garantía de nuestra aceptación con Dios. Tenemos favor ante Dios, no por ningún mérito en nosotros mismos, sino por medio nuestra fe en " Jehová, justicia nuestra".

Jesús se encuentra en el lugar santísimo, ahora para aparecer en la presencia de Dios por nosotros. Allí no cesa de presentar a Su pueblo momento a momento, completod en Él. Pero debido a que somos representados ante el Padre de esa manera, no podemos imaginar que debemos presumir de su misericordia y ser descuidados, indiferentes e indulgentes. Cristo no es el ministro del pecado. Somos completos en Él, aceptados en el Amado, solamente mientras permanecemos en Él por la fe.

Nunca podremos alcanzar la perfección a través de nuestras propias buenas obras. El alma que ve a Jesús por la fe repudia su propia justicia. Se ve a sí mismo como incompleto, su arrepentimiento insuficiente, su fe más fuerte como débil, su sacrificio más costoso como insignificante, y se postra humildemente al pie de la cruz. Pero una voz le habla desde los oráculos de la Palabra de Dios. Asombrado, escucha el mensaje, "estáis completos en él" (Colosenses 2:10.)

He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, descubre que la paz de Cristo a causa del perdóm ha sido escrita al lado de su nombre, y acepta la Palabra de Dios, "estáis completos en él". ¡Qué difícil le resulta a la humanidad, acostumbrada por largo tiempo a acariciar la duda, el poder comprender esta verdad! ¡Pero cuánta paz le trael al alma, llenándola de la vitalidad de la vida! Signs of the Times, 4 de julio del 1892.

Concluido.

 


Friday, July 20, 2018

Recibiendo Su Justicia



Nosotros, quienes hemos caído mediante la transgresión de la ley de Dios tenemos un Abogado con el Padre, a Jesucristo el Justo. El camino está abierto para to que todos se preparen para la segunda aparición de Jesucristo, a fin de que a su aparición seamos vindicados, habiendo abandonado todo el mal, y habiendo vencido a través de la sangre de Cristo. Por medio de la intercesión de Cristo, la imagen de Dios es renovada en la mente, el corazón y el carácter. Mediante la sangre del unigénito Hijo de Dios obtenemos la redención....

Estamos en este mundo para honrar a Dios, y debemos apartarnos de cada estratagema que de alguna manera nos tiente a deshonrar a nuestro Redentor, En Cristo, tenemos ante nosotros el Modelo de toda justicia. Él prometido ser nuestro Guía, nuestro Preservador, nuestro Gobernador....

Somos transgresores de la ley de Dios. Nuestra única esperanza de salvación se hallaba en que Cristo tomara sobre sí la culpabilidad de nuestros pecados, llevando el castigo denuestra transgresión en su propio cueto en la cruz. Hizo una completa ofrenda de sacrificio, y por medio de esa sola ofrenda de sí mismo hizo que fuera posible para nosotros vivir en obediencia a los mandatos de Dios....Hemos de convertirnos en leales sus súbdito, teniendo una religión pura y sin mancha, y dependiendo del gran principio, "Por gracia sois salvos por medio de la fe"....

Ruego a todos anden y trabajen en el temor de Dios. Satanás siempre está tratando de llevar a pobres almas que han perdido su rumbo a llegar a la determinación de que actuarán como les parezca. Debemos colocarnos donde reflejemos luz....

La gracia divina es grande, y aquellos que se acerquen más y más al costado de Cristo no serán vencidos. Hemos de obtenerlo todo al acercarnos a Dios y humillarnos delante de Él. Al hacer esto, recrodemos que somos herederos de Dios y coherederos con Cristo; que hemos de ser participantes de la naturaleza divina.

Digo a todos, no acaricien ni siquiera un solo pensamiento o sentimiento no santificado. Ek poder de Cristo es maravillos. Cuando el enemigo viene como un rio, el Espíritu de Jehová levanta bandera contra él a favor del creyente que confía. Oeren, hermanos y hermanas, oren por sus propias almas. El amor y la gracia de Cristo sobrepuja mucho nuestra finita concepción. Ruegue como por sus propias vidas el ser limpiados de todo lo que contamina. Revístanse de Cristo en su comportamiento y muestren un interés abnegado en las almas de todos. Debemos recibir el tema del amor redentor, y avanzar en conocer al Señor, a fin de que sencillez podamos revelar su carácter.  —Letter 72, 19 de febrero del 1906. 

Concluido.

Wednesday, July 11, 2018

Un Restaurador







El Hijo de Dios vino al mundo como un restaurador. Él era el Camino, la Verdad y la Vida. Cada palabra que pronunció fue espíritu y vida. Habló con autoridad, consciente de su poder para bendecir a la humanidad y liberar a los cautivos atados por Satanás; consciente también de que con su presencia podía traer al mundo plenitud de alegría. Anhelaba ayudar a cada miembro oprimido y sufriente de la familia humana, y demostrar que era su prerrogativa bendecir, no condenar.

No fue un robo para Cristo hacer las obras de Dios; porque este era el propósito que vino del cielo a cumplir, y para eso los tesoros de la eternidad estaban a su disposición. Al deshacerse de Sus dones, No debía tener ninguna restricción. Pasó por alto a los exaltados, los honrados y los ricos, y se mezcló con los pobres y oprimidos, trayendo a sus vidas un brillo, una esperanza y una aspiración que nunca antes habían conocido. Pronunció una bendición sobre todos los que habían de sufrir por su causa, declarando: "Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo." ...

Cristo claramente se apropió para Sí mismo el derecho a la autoridad y la lealtad. " Vosotros me llamáis Maestro, y Señor;" dijo, " y decís bien, porque lo soy." " Porque uno es vuestro Maestro, el Cristo". De esa manera mantuvo la dignidad que pertenecía a Su nombre, y la autoridad y el poder que poseía en el cielo.

Hubo ocasiones cuando habló con la dignidad de su propia y verdadera grandeza. "El que tiene oídos para oír", dijo, "oiga". En esas palabras, Solamente estaba repitiendo el mandato de Dios, cuando desde su excelente gloria el Infinito había declarado: " Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd".

Parado en medio de los ceñudos fariseos, quienes buscaban hacer sentir su propia importancia, Cristo no dudó en compararse a sí mismo con los hombres más distinguidos que habían caminado sobre la tierra, y en reclamar la preeminencia por encima de todos ellos.

Jonás fue uno de esos hombres, considerado en alta estima por la nación judía. . . . Cuando Cristo recordó a las mentes de sus oyentes, el mensaje de Jonás y como sirvió como instrumento para salvar a esa gente, Él dijo: " Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar."
        
Cristo sabía que los israelitas consideraban a Salomón como el rey más grande que alguna vez empuñó un cetro sobre un reino terrenal ... . Sin embargo, Cristo declaró: . .
 "he aquí más que Salomón en este lugar". Youth`s Instructor, 23 de septiembre del 1897.

Concluido.


Thursday, July 5, 2018

Busquen la Ayuda de Jesús, No la de los Pecadores Humanos



Cristo tomó a la humanidad sobre Sí mismo. Puso a un lado su túnica real, depuso su corona real, y bajó de su alto mando en las cortes celestiales. Vistiendo su divinidad con la humanidad, Cristo rodeó a la raza con su largo brazo humano. Éstá a la cabeza de la humanidad, no como un pecador sino como un Salvador. Debido a que no hay culpaa ni mancha de pecado en Su alma divina, Él puede permanecer allí como la garantía del pecador. Porque no tiene pecado, puede quitar nuestros pecados y colocarnos en terreno ventajoso con Dios, si creemos en Él y confiamos en Él como Aquel que será nuestra santificación y justicia. . . .

Ha prometido que si pide sabiduría de Él, se la dará. Pero no siempre es esencial para nosotros saber todos los por qué y los dónde. Deshonramos a Dios esforzándonos en procurar la ayuda de alquien que creemos que entiende nuestro caso. ¿No nos ha dado su Hijo unigénito? ¿No está Cristo cerca de nosotros y no nos dará la ayuda que necesitamos? "He aquí yo estoy con vosotros todos los días", dice, "hasta el fin del mundo". Su Palabra repite la promesa una y otra vez. . . .

No es una maravilla para mí que en este momento haya tanta debilidad donde debería haber fortaleza. La razón de eso es que en vez de beber el agua pura del Líbano, buscamos saciar nuestra sed en las cisternas de las tierras bajas, que no contienen el agua de la vida. Confiamos en los seres humanos y nos sentimos decepcionados y a menudo confundidos. . .

 Hemos deshonrado grandmemente a nuestro Maestro al apartarnos de Cristo para buscar la sabiduría de los seres humanos finitos. ¿Seguiremos apreciando el pecado de la incredulidad, que tan fácilmente nos acosa, o desecharemos ese peso de incredulidad, e iremos a la Fuente de la fortaleza creyendo que recibiremos misericordia y compasión de parte de Aquel que conoce nuestra naturaleza, que nos ama tanto que dio su propia vida por nosotros, que sufrió en su propio cuerpo los golpes que cayeron a causa de nuestra transgresión de la ley de Dios. Todo esto lo hizo para que podamos ser prisioneros de la esperanza.   

No somos corteses con Cristo No reconocemos Su presencia. No nos damos cuenta de que debe ser nuestro Invitado de honor, de que estamos rodeados por su largo brazo humano, mientras que con su brazo divino Él tiene asido el trono del Infinito. Olvidamos que el umbral del cielo está inundado con la gloria que procede del trono de Dios, que la luz puede caer directamente sobre aquellos que buscan la ayuda que solo Cristo puede dar. Dijo a la mujer de Samaria: " Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva" (Juan 4: 10). Manuscript 144, 1901.

Concluido.