Tuesday, October 31, 2023

Un Amor Inmensurable


 Aquellos que no conocen a Dios no pueden descubrir a Dios mediante su educación o ciencia. Cristo no intenta probar el gran misterio, sino que revela un amor que no se puede medir. No hace del poder y la grandeza de Dios el tema principal de sus discursos. Habla de Él con mayor frecuencia como nuestro Padre. . . . Quiere que nuestras mentes, debilitadas por el pecado, se animen a captar la idea de que Dios es amor. . . .

El padre del hijo pródigo es el ejemplo que Cristo elige como representación de Dios. Ese padre anhela ver y recibir una vez más al hijo que lo ha abandonado. Espera y vela por él, anhelando verlo, esperando que venga. Cuando ve acercarse a un extraño, pobre y vestido con harapos, sale a su encuentro, por si acaso se trata de su hijo. Y lo alimenta y lo viste como si realmente fuera su hijo. A la larga, tiene su recompensa, porque su hijo regresa a casa, teniendo en sus labios la suplicante confesión: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo". Y el padre dijo a los sirvientes: "Traed el mejor vestido y vestidle; y poned un anillo en su mano, y zapatos en sus pies; y traed acá el becerro gordo, y matadlo, y comamos" y alegrémonos (Lucas 15:21-23).

No hay burlas ni reproches al pródigo por su mala conducta. El hijo siente que el pasado ha sido perdonado y olvidado, borrado para siempre. Y entonces Dios le dice al pecador: "Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como una nube tus pecados" (Isaías 44:22). "Perdonaré su iniquidad y no me acordaré más de su pecado" (Jeremías 31:34). . . .

El cielo espera y anhela el regreso de los pródigos que se han alejado del redil. Muchos de los que se han extraviado pueden ser rescatados por el servicio amoroso de los hijos de Dios. . . .
 
Pensemos en el Padre sometiéndose al dolor, sin perdonar a su propio Hijo, sino entregándolo gratuitamente por todos nosotros. . . . ¡Oh, si tuviéramos una mejor comprensión de su amor! In Heavenly Places, pág. 10. 

Tuesday, October 24, 2023

Si Hijos, También Herederos


 Todos los que hacen un pacto con Jesucristo se convierten por adopción en hijos de Dios. Son limpiados por el poder regenerador de la Palabra y se encarga a los ángeles que les ministren. Son bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Se comprometen a convertirse en miembros activos de Su iglesia en la tierra. Deben estar muertos a todos los atractivos de los deseos mundanos; pero en la conversación y la piedad, mediante la santificación del Espíritu, deben ejercer una influencia viva para Dios.

"Herederos de Dios y coherederos con Cristo", ¡qué posición tan exaltada y digna! ¡Separados y distintos del mundo, a salvo de las astutas trampas de Satanás! Mediante sus votos bautismales, los seguidores profesos de Dios se han comprometido a oponerse al mal. El enemigo de las almas trabajará con todo arte para corromper sus mentes. Buscará introducir sus métodos al servicio del Maestro. Pero hay seguridad para ellos si prestan atención al mandato: "... fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo".

El hombre es honrado al ser hecho copartícipe en la empresa de Dios, al ser aceptado como obrero en los grandes centros que Él ha establecido... Por nombramiento, el Señor nuestro Redentor es heredero de Dios, y los que son colaboradores con Él en la obra de salvar almas, somos coherederos con Él. . . . Ser un vencedor es ser colocado en las filas de aquellos que tienen el peso de gloria mucho más excelso y eterno.

¿A qué mayor honor podríamos aspirar que el de ser llamados hijos de Dios? ¿Qué mayor rango podríamos tener, qué mayor herencia podríamos encontrar, que la que reciben los que son herederos de Dios y coherederos con Cristo? Sons And Daughters of God, pág. 15.

Tuesday, October 17, 2023

El Inefable Don Divino

 

La revelación del amor divino hacia el hombre se centra en la cruz. La lengua no puede expresar su completosignificado; la pluma no la puede describir; la mente del hombre no la puede comprender. . . . Cristo crucificado por nuestros pecados, Cristo resucitado de entre los muertos, Cristo que ascendió a lo alto, es la ciencia de la salvación que debemos aprender y enseñar.

"El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz." Filipenses 2:6-8. "¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios". "Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos." (Romanos 8:34; Hebreos 7:25).

Aquí se halla una sabiduría infinita, un amor infinito, justicia infinita, y una misericordia infinita—" ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!" (Romanos 11:33).

Es a través del don de Cristo que recibimos toda bendición. Mediante ese don nos llega día a día el flujo inagotable de la bondad de Jehová. Cada flor, con sus delicados matices y su dulce fragancia, se nos da para que la disfrutemos a través de ese único Regalo. El sol y la luna fueron hechos por Él; No hay estrella que embellezca los cielos que Él no haya hecho. No hay un solo alimento en nuestras mesas que Él no haya provisto para nuestro sustento. La inscripción de Cristo está sobre todo. Todo es suministrado al hombre a través del único Don inefable, el Hijo unigénito de Dios. Fue clavado en la cruz para que todas esas bondades fluyeran hacia la obra de Dios.

"Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman." (1 Corintios 2:9). Ciertamente, no hay nadie que contemplando las riquezas de su gracia no exclame con el apóstol: "Gracias a Dios por su don inefable."  God's Amazing Grace, pág. 178.    
   

Tuesday, October 10, 2023

Obtengan Fortaleza Mediante la Oración

 


Debido a que la vida de Jesús fue una vida de confianza constante, sostenida por una comunión continua, Su servicio para el cielo fue sin fallas ni vacilaciones. Acosado diariamente por la tentación, constantemente opuesto por los líderes del pueblo, Cristo sabía que debía fortalecer su humanidad mediante la oración. Para ser una bendición para la gente, debía tener comunión con Dios, obteniendo de Él energía, perseverancia y constancia.

El Salvador amaba la soledad de la montaña para tener comunión con su Padre. A lo largo del día trabajaba fervientemente para salvar a hombres, mujeres y niños de la destrucción. Sanaba a los enfermos, consolaba a los que estaban de luto, llamaba a los muertos a la vida y llevaba esperanza y alegría a los desesperados. Después de terminar su trabajo del día, salía tarde tras tarde, lejos de la confusión de la ciudad, y se inclinaba en oración ante su Padre. Con frecuencia continuaba sus peticiones durante toda la noche; pero Él salía de esos momentos de comunión vigorizado y renovado, preparado para el deber y la prueba.

Él era una fuente de bendición y fortaleza, podía sanar a los enfermos y resucitar a los muertos; podía dominar la tempestad y ésta le obedecía; sin embargo, oraba, a menudo con fuertes llantos y lágrimas. Oraba por sus discípulos y por sí mismo, identificándose así con los seres humanos. Era un poderoso peticionario. Como Príncipe de la vida, tenía poder ante Dios y prevaleció. . . .

Aquellos que enseñan y predican con mayor eficacia son aquellos que esperan humildemente en Dios y velan ávidamente por Su guía y Su gracia. Velar, orar, trabajar: ésta es la consigna del cristiano. La vida de un verdadero cristiano es una vida de oración constante. Él sabe que la luz y la fuerza de un día no son suficientes para las pruebas y conflictos del día siguiente. Satanás está cambiando continuamente sus tentaciones. Cada día nos encontraremos en diferentes circunstancias; y en los escenarios no probados que nos esperan estaremos rodeados de nuevos peligros y constantemente asaltados por tentaciones nuevas e inesperadas. Sólo a través de la fuerza y la gracia obtenidas del cielo podemos esperar enfrentar las tentaciones y cumplir con los deberes que tenemos por delante. To Be Like Jesus, pág. 20.
 

Tuesday, October 3, 2023

Una Mesa Servida Para Mí


 

La vida eterna es recibir los elementos vivos de las Escrituras, el hacer la voluntad de Dios. Eso es lo que significa comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios. Es el privilegio de todos participar del pan del cielo mediante el estudio de la Palabra y así adquirir músculos y tendones espirituales.

Cada uno debe apropiarse de la bendición para su propia alma, o no será alimentada. . . . Saben que no se alimentarían viendo una mesa bien puesta y otros comiendo. Moriríamos de hambre si no compartiéramos el alimento físico, y perderíamos nuestra fuerza y vitalidad espiritual si no nos alimentamos del pan espiritual. . . .

La mesa está servida y Cristo os invita al banquete. ¿Debemos dar un paso atrás, rechazar las recompensas y declarar: "Él no quiere decir que eso es para mí?" Solíamos cantar un himno que describía una fiesta en la que una familia feliz se reunía para participar de la abundancia provista por invitación de un amable padre. Mientras los niños felices se reunían a la mesa, en el umbral estaba una niña hambrienta que mendigaba. La invitaron a entrar; pero tristemente se dio la vuelta y exclamó: "No tengo un padre allí". ¿Asumirá Ud. esa postura cuando Jesús te invita a entrar? ¡Oh! Si tienen un Padre en los tribunales de arriba, les ruego que revelen el hecho. Él quiere hacerle partícipe de sus ricas generosidades y bendiciones. Todo el que venga con el amor confiado de un niño pequeño encontrará  un Padre allí.

Venid al agua de la vida y bebed. No se aleje y se queje de tener sed. El agua de la vida es gratuita para todos.

Aquellos que comen y digieren esta Palabra, haciéndola parte de cada acción y de cada atributo de carácter, se fortalecen en la fuerza de Dios. Ésta da vigor inmortal al alma, perfecciona la experiencia y trae alegrías que perdurarán para siempre.  The Faith I Live By, pág. 22.