La vida es disciplinaria. Mientras esté en el mundo, el cristiano se encontrará con influencias adversas. Habrá provocaciones para poner a prueba el temperamento;
y es reuniéndose allí con un espíritu recto que se desarrollan las gracias cristianas. Si las injurias y los insultos se soportan con mansedumbre, si se responde a los insultos
con respuestas amables y a los actos de opresión con bondad, eso es evidencia de que el Espíritu de Cristo habita en el corazón, esa savia de la Vid viviente es vida, donde hemos de aprender a ser mansos y humildes de corazón; y en el día del ajuste de cuentas finales veremos que todos los los obstáculos que encontramos, todas las dificultades y molestias que estuvimos llamados a soportar, son lecciones prácticas en la aplicación de los principios de la vida cristiana. Si se soportan bien, desarrollan el carácter cristiano....
Hay un elevada norma que debemos alcanzar si queremos ser hijos de Dios, nobles, puros, santos y sin mancha; y un proceso de poda es necesario si hemos de alcanzars esa norma. ¿Cómo se lograría esa poda si no hubiera dificultades que enfrentar, ningún obstáculo que superar, nada probar la paciencia y la perseverancia? Esas pruebas no son las bendiciones más pequeñas de nuestra experiencia. Están diseñadas para estimularnos a desarrollar la determinación de tener éxito.
Debemos usarlas como un medio de Dios para obtener victorias decididas sobre nosotros mismos en lugar de permitir que nos obstaculicen, opriman y destruyan.
Testimony Treasures, Vol. 2, page 113.
