Tuesday, July 25, 2017

Vinculado a lo Divino



"Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia." 2 Pedro 1: 4.

     El Salvador tomó sobre sí las debilidades de la humanidad y vivió una vida sin pecado, para que los hombres no tuvieran temor de que por la debilidad de la naturaleza humana no pudieran vencer.
     "El príncipe de este mundo viene," dijo Jesús, "y no tiene nada en mí." Juan 14:30. No había nada en él que respondiera a los sofismas de Satanás. El no consentió en pecar. Ni siquiera por un pensamiento cedió a la tentación. Así puede ser con nosotros. La humanidad de Cristo estaba unida a la divinidad; Él estaba preparado para el conflicto por medio del Espíritu Santo que moraba en Él. Vino a hacernos partícipes de la naturaleza divina. Mientras nos unamos a Él por la fe, el pecado no tiene más dominio sobre nosotros.
     No necesitamos retener una sola propensión pecaminosa. . . . Cuando participamos de la naturaleza divina, las tendencias heredadas y cultivadas al mal son cortadas del carácter, y somos convertidos en un poder vivo para el bien. Siempre aprendiendo del Maestro divino, participando diariamente de su naturaleza, cooperamos con Dios para vencer las tentaciones de Satanás.
    Cómo se realiza esto, Cristo nos ha mostrado. ¿Con qué medios venció en el conflicto con Satanás? Por la Palabra de Dios. Sólo por la Palabra podría resistir la tentación. "Escrito está", dijo. Y a nosotros se nos da " preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina ..." Cada promesa en la Palabra de Dios es nuestra. . . . Cuando sois asaltados por la tentación, no miréis a las circunstancias o a la debilidad del yo, sino al poder de la Palabra. Toda su fuerza es vuestra.
     Tomad sus promesas como hojas del árbol de la vida: " Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera." Juan 6:37. Cuando vayáis a Él, creed que os acepta, porque lo ha prometido. Nunca pereceréis mientras hagáis esto —nunca.

The Faith I Live By, pág. 23.

Concluido.

Tuesday, July 18, 2017

Árboles en el Jardín del Señor—Parte 2

Las glorias que esperan al vencedor fiel están más allá de cualquier descripción. El Señor honrará y exaltará a sus fieles. Ellos crecerán como el cedro, y su comprensión será ciertamente creciente. Y en cada etapa avanzada del conocimiento su anticipación caerá muy por debajo de la realidad. "Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman" (1 Corintios 2: 9). Nuestro trabajo ahora es prepararnos para aquellas mansiones que Dios está preparando para aquellos que le aman y guardan sus mandamientos ... El Señor Jesús ampliará cada mente y corazón para la recepción del Espíritu Santo. . . .
El tiempo es corto. Que el poco tiempo que tengais sea empleado para vuestro propio bien presente y eterno mediante el servicio cristiano activo, haciendo todo el bien posible. Redimid el tiempo que se ha perdido; buscad primereramente el reino de Dios y su justicia. Entonces tendréis algo que impartir en buenas obras, en alegre, consagrada influencia. . . . Our Father Cares, pág. 265.

Concluido.


Thursday, July 13, 2017

Árboles en el Jardín del Señor—Parte 1

Es deber de los padres hablar palabras correctas. Se debe enseñar a los niños a hablar con respeto y amor a sus padres. Día tras día los padres deben aprender en la escuela de Cristo las lecciones de Uno que los ama. Entonces la historia del amor eterno de Dios se repetirá en la escuela del hogar del tierno rebaño. Por lo tanto, antes de que la razón esté plenamente desarrollada, los niños pueden captar el espíritu correcto de sus padres.

Los padres deben aprender la lección de la obediencia implícita a la voz de Dios, que les habla en su Palabra; y al aprender esa lección, pueden enseñar a sus hijos respeto y obediencia en palabra y acción. Esa es la labor que debe llevarse a cabo en el hogar. Los que lo hagan alcanzán hacia lo alto, comprendiendo que deben elevar a sus hijos. Esa educación significa mucho más que una mera instrucción.

Cuán sorprendente es el proverbio: "Cuando la ramita está doblada, el árbol está inclinado". Eso se aplica a la formación de nuestros hijos. Padres, ¿recordaréis que la educación de vuestros hijos desde sus primeros años os ha sido encomendada como una obligación sagrada? Esos jóvenes árboles deben ser entrenados tiernamente, para que puedan ser trasplantados al jardín del Señor. La educación en el hogar no debe ser descuidada. Aquellos que la descuidan descuidan un deber religioso. Spalding Magan Collection, pág. 94.

Continuará.



Tuesday, July 4, 2017

Cómo Ser el Mayor—Parte 2


Antes de la honra es la humildad. Para llenar un lugar elevado ante los hombres, el Cielo escoge al obrero que, como Juan el Bautista, toma un lugar humilde delante de Dios. El discípulo que más se parece a un niño es el más eficiente en la obra para Dios. Las inteligencias celestiales pueden cooperar con el que busca, no exaltarse a sí mismo, sino para salvar almas. El que sienta más profundamente su necesidad de ayuda divina, la pedirá; y el Espíritu Santo le dará vislumbres de Jesús que fortalecerán y elevarán el alma. De la comunión con Cristo saldrá a trabajar por los que perecen en sus pecados. Estará ungido para su misión; y logrará lo que muchos que son eruditos e intelectualmente sabios fracasarán en lograr.

El Señor tiene lecciones para que todos las aprendamos acerca de la posición que debemos ocupar el uno hacia el otro y hacia Él. Que ningún orgullo fariseo entre en nuestras filas, sino movámonos con humildad y sabiduría, sacando de nuestros corazones y mentes todo pensamiento y sentimiento perjudicial. El espíritu de egoísmo que llevaría a un hombre a ponerse por encima de sus hermanos es evidencia de que no ve la necesidad de ser un alumno humilde en la escuela de Cristo. La preciosa palabra de Dios debe ser estudiada fielmente si el profeso pueblo de Dios ha de tener un lugar entre los redimidos.
"Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este,", continuó el Salvador, "a mí me recibe". "Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar".
  Los "niños" no son niños en años, sino los que son jóvenes en la vida cristiana. Aquellos que han venido recientemente a la fe deben ser tratados con amor y ternura. Deben ser instruidos por precepto y ejemplo en el camino de la verdad. "Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido."
¡Oh, cuán diferentes son las normas por las cuales Dios y el hombre miden el carácter! Dios ve muchas tentaciones que el mundo, e incluso los amigos cercanos, nunca saben— tentaciones en el hogar, en el corazón. Ve la humildad del alma en vista de su propia debilidad, el sincero arrepentimiento sobre incluso un pensamiento que es malo. Él ve la devoción de todo el corazón a Su servicio. Ha notado las horas de dura batalla con yo—la batalla que ganó la victoria. Todo esto Dios y los ángeles saben. Un libro de recuerdo está escrito para los que temen al Señor y que piensan en Su nombre.
     No en nuestro conocimiento, no en nuestra posición, no en nuestros números o en los talentos que se nos ha confiado, no en la voluntad del hombre, se encuentra el secreto del éxito. Sintiendo nuestra ineficiencia, debemos contemplar a Cristo, y a través de Aquel que es la fuerza de toda fuerza, el pensamiento de todo pensamiento, los que están dispuestos y son obedientes, ganarán victoria tras victoria.
Por más corto que sea nuestro servicio o humilde nuestra obra, si en con una fe sencilla seguimos a Cristo, no nos decepcionaremos de la recompensa. Lo que aun los más grandes y sabios no pueden obtener, los más débiles y los más humildes pueden recibir. La puerta de oro del cielo no se abre para los que se exaltan a sí mismos. No se alza para los orgullosos de espíritu. Sino que los portales eternos se abrirán al tacto tembloroso de un niño pequeño. Bendita sea la recompensa de la gracia para los que han trabajado por Dios en simplicidad, con fe y amor. The Kress Collection, págs. 27-28.


Concluido.