Manasés
Significado del nombre: Del Heb. Menashsheh, [el que causa o] "hace olvidar."
"Y nacieron á José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le parió Asenath, hija de Potipherah, sacerdote de On. Y llamó José el nombre del primogénito Manasés; porque Dios (dijo) me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre." Génesis 41:50-51.
"Gedeón el mayor de los jueces, era de la tribu de Manasés. Pareciera que él fue el único gran guerrero en la mitad occidental de la tribu; la proción oriental era más adepta a la guerra.
"Cuando David salió con los filisteos a la batalla en contra de Saúl, guerreros de Manasés se unieron a David; pero cuando los príncipes de los filisteos no permitieron que David fuera con ellos a la guerra, siete valientes guerreros, "capitanes de millares en Manasés," se unieron a David en Siclag. ellos "ayudaron a David" contra una tropa de invasores la cual había llevado cautiva a la familia de David; "porque todos ellos eran hombres valientes." (1 Crónicas 12:19-22.)
"Después de la muerte de Saúl, dieciocho mil de la media tribu de Manasés "los cuales fueron tomados por lista" vinieron "a poner a David por rey". (1 Crónicas 12:31.)
"Las cinco hijas de Salphaad, de la tribu de Manasés, fueron las primeras mujeres que se mencionan en la Biblia como teniendo una herencia bajo su propio nombre y derecho [no como un don de parte de su padre, como en el caso de las hijas de Job.] (Números 27:1-8.)
"Si Rubén nunca hubiera perdido su primogenitura debido al pecado, o si Dan no hubiese formado un carácter tan parecido al de Satanás que su nombre fue omitido de entre los de las doce tribus, el nombre de Manasés nunca le hubiera sido dado al de una de las divisiones de los ciento cuarenta y cuatro mil. En todas estas experiencias hay lecciones para todo hijo de Dios.
"Cuando Dios dice: 'He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona' (Apocalipsis 3:11), hacemos bien en prestar atención a la advertencia. Si no lo hacemos, puede que descubramos que le hemos permitido al mundo que nos robe nuestro amor por el Maestro; y que nuestro discernimiento se ha vuelto tan oscurecido por el pecado y la incredulidad que, como Rubén, fracasamos en poder hacer la obra que el Señor deseaba que pudiéramos realizar. Alguien que, como José, ha sido separado de aquellos que tienen la misma fe, sin las oportunidades que hemos disfrutado, podrá mediante una simple fe y confianza en Dios, hacer la obra que hemos fracasado en hacer, y recibir la recompensa que hubiéramos podido obtener.
"El sendero del tiempo está sembrado de los restos de carácter, —hombres que una vez fueron miemberos verdaderos y fieles del Israel de Dios (Romanos 2:28,29) y quienes estuvieron 'registrados entre los vivientes' en Jerusalén, (Isaías 4:3), pero quienes le permitieron a Satanás que llenara sus corazones de envidia, celos, y crítica, hasta que, como Dan, perdieron su conexión con las cosas celestiales y ya no son contados on el Israel de Dios." S. N. Haskell, The Cross and Its Shadow, págs. 356-357.
" 'Retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona'.
Manasés atesoró las oportunidades divinas
"Y fueron ayudados contra ellos, y los agarenos y todos los que con ellos estaban se rindieron en sus manos; porque [los hijos de Rubén, los gaditas y la media tribu de Manasés] clamaron a Dios en la guerra, y les fue favorable, porque esperaron en él.
"La guerra contra nosostros mismos es la batalla más grande que jamás se haya reñido. El rendirse a sí mismo, entregando toda la voluntad a Dios, requiere una lucha; mas para el alma ser renovada en santidad, debe someterse antes a Dios." Elena G. de White, El Camino a Cristo, pág. 43.
"Es posible que sea necesario realizar much trabajo en la formación de su carácter, y que Ud. sea una piedra tosca que debe ser cortada en perfecta escuadra y pulida antes de que pueda ocupar un lugar en el templo de Dios. No necesita sorprenderse si con martillo y cincel Dios corta las aristas agudas de su carácter, hasta que Ud. esté preparado para ocupar el lugar que él le reserva. Ningún ser humano puede realizar esta obra. Únicamente Dios puede hacerla. Y tenga Ud. la seguridad de que no asestará él un solo golpe inútil. Da cada uno de sus golpes con amor, para su felicidad eterna. Conoce sus flaquezas y obra para curar y no para destruir." Elena G. de White, Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 204.
Concluirá....
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