"Oseas da la causa de la caída de Ephraim: 'Efraín se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín es como torta no volteada.' (Oseas 7:8.) El reino de Dios y los reinos de este mundo son enteramente diferentes. Nadie puede servir a Dios y mammon. Ephraim era una 'torta no volteada'; no tenía una minuciosa en las cosas de Dios. Una persona no puede mezclarse con la gente del mundo, gastando su fuerza en la búsqueda de riqueza y fama, y al mismo tiempo ser un miembro del verdadero Israel de Dios. "El Señor le rogó a Ephraim diciendo: '¿Cómo tengo de dejarte, oh Ehpraim? ¿he de entregarte yo, Israel? ¿cómo podré yo hacerte como Adma, ni ponerte como á Zeboim? Mi corazón se revuelve dentro de mí, inflámanse todas mis conmiseraciones.' (Oseas 11:8.) Nuevamente, él dijo: 'Le escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosa extraña.' (Oseas 8:12.) "La idolatría fue el gran pecado de Epraim; él fracasó en apreciar las cosas sagradas de Dios. Después de que los ruegos del Señor fueron rechazados, se dio la orden ' Efraín es dado a ídolos; déjalo.' (Oseas 4:17.) ' Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron' (Oseas 9:17) ni aceptaron su amor. "Hay muchos idólatras en el mundo hoy día. No están adorando ídolos hechos de metal, madera o piedra, porque los dioses populares de esta época no son de esa forma; son el dinero, las riquezas, el placer, y una posición elevada. Dios los está llamando, pero como Ephraim de antaño, están unidos a los ídolos. Como el Ephraim de la antigüedad, son contados como parte de la iglesia de Dios, pero el teatro y los lugares de diversión tienen más atracción para ellos que la casa de oración, y disfrutan más de la compañía del mundo que de la compañía de los santos." S.N. Haskell, The Cross And Its Shadow, págs. 372-374. Continuará...
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