Wednesday, August 26, 2020

Jesús, el Modelo Perfecto de la Obediencia

Cuando Cristo tenía doce años, fue con sus padres a Jerusalem para asistir a la fiesta de la Pascua, y a su regreso, se perdió enla multitud. Después de su José y María lo habían buscado por tres días, lo encontraron en el atrio del Templo, "sentado en medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oía, se pasmaban de su entendimiento y de sus respuestas". Hacíasus preguntas con una gracia que conquistaba a esos eruditos. Era elmodelo perfecto para todos los jóvenes. Siempre manifestó deferencia y respeto por los años. La religión de Jesús nunca llevará a ningún niño a ser rudo y descortés.

Cuando José y María encontraron a Jesús, se maravillaron, "y díjole su madre: Hijo, ¿por qué nos ha hecho así?" él les dijo,said "¿Qué hay?" Señalando al cielo, continuó, ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me conviene estar?" Mientras pronunciaba esas palabras, la divinidad brilló a través de la humanidad. La luz y la gloria del cielo iluminó su rostro. . . .

Cristo no entró en su ministerio público sino hasta dieciocho años después de esto, pero estaba constantemente ministrando a otros, aprovechando cada oportunidad que se le ofrecía. Hasta en su niñez pronunció palabras de consuelo y ternura a jóvenes y mayores. Su madre no pudo dejar de notar Sus palabras, Su espíritu, Su voluntaria obediencia a todos sus requisitos.

No es correcto decir, como han dicho muchos escritores, que Cristo era como todos los niños. No era como todos los niños. Muchos niños son mal dirigidos y mal administrados. . . . Jesús fue instruido de acuerdo con el carácter sagrado de su misión. Su inclinación hacia la rectitud fue una constante gratificación para sus padres. Las preguntas que les hizo los llevaron a estudiar con más seriedad los grandes elementos de la verdad. Sus palabras conmovedoras sobre la naturaleza y el Dios de la naturaleza abrieron e iluminaron sus mentes.—Youth’s Instructor, 8 de septiembre del 1898.

Wednesday, August 19, 2020

Crecimiento Espiritual Mediante la Oración

 

 

Los ministros [y todos los demás] que trabajen eficazmente por la salvación de las almas deben ser tanto estudiantes de la Biblia como hombres y mujeres de oración. Es un pecado que aquellos que intentan enseñar la Palabra a otros sean ellos mismos descuidados en su estudio. Todos los que sientan el valor de las almas huirán a la fortaleza de la verdad, donde podrán ser dotados de sabiduría, conocimiento, fuerza y poder divino para realizar las obras de Dios. No deben descansar hasta que tengan la santa unción de lo alto. Hay demasiado en juego para que se atrevan a ser descuidados con respecto a su avance espiritual. . . .

 

Ministros de Cristo [y todos los otros] a quienes Dios ha hecho depositarios de su ley, ustedes tienen una verdad que no es popular. Deben llevar esa verdad al mundo. Deben darse advertencias. . . a fin de prepararse para el gran día de Dios. Deben llegar a aquellos cuyos corazones están endurecidos por el pecado y el amor al mundo. La oración continua y ferviente, y la sinceridad en hacer el bien, los llevarán a la comunión con Dios; su mente y su corazón absorberán un sentido de las cosas eternas, y la unción celestial, que surge de la conexión con Dios, se derramará sobre ustedes. Hará que su testimonio sea poderoso para condenar y convertir. Su luz no será incierta, sino que su camino será luminoso con resplandor celestial. Dios es todopoderoso y el cielo está lleno de luz. Solo tienen que usar los medios que Dios ha puesto en su poder para obtener la bendición divina.

 

Sean constantes en la oración. Son un sabor de vida para vida, o de muerte para muerte. Ocupan un puesto terriblemente responsable. Les suplico que rediman el tiempo. Acérquense mucho a Dios en súplica, y serán como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo. . . . Solamente contemplen a Dios y confíen en Su Palabra, y dejen que sus obras sean sostenidas por una fe viva en Sus promesas. Dios no requiere de ustedes oraciones elocuentes y razonamientos lógicos; sino solo un corazón humilde y contrito, dispuesto y listo para aprender de Él. Review and Herald, 8 de agosto del 1878.

 

 

 

 

 

 

 

 

Wednesday, August 12, 2020

Id con Humildad y Reverencia



La humildad y la reverencia deben caracterizar el comportamiento de todos los que se acercan a la presencia de Dios. En el nombre de Jesús, podemos presentarnos ante Él con confianza, pero no debemos acercarnos a Él con la osadía de la presunción, como si estuviera al mismo nivel que nosotros. Hay quienes se dirigen al Dios grande, todopoderoso y santo, que habita en una luz inaccesible, como se dirigen a un igual, o incluso a un inferior. 
 
Hay quienes se comportan en Su casa como no se atreverían a hacerlo en la sala de audiencias de un gobernante terrenal. Estos debieran recordar que están ante los ojos e Aquel a quien los serafines adoran y los ángeles cubren sus rostros. Dios debe ser grandemente reverenciado; todos los que verdaderamente se dan cuenta de su presencia se postrarán humildemente ante Él. Algunos piensan que es una muestra de humildad orar a Dios de una manera común, como si estuvieran hablando con un ser humano. Profanan Su nombre mezclando innecesaria e irreverentemente con sus oraciones las palabras, "Dios Todopoderoso", esas son unas palabras aterradoras y sagradas, que nunca deben pasar por los labios excepto en tonos tenues y con un sentimiento de reverencia. . . . 
 
 Es la sincera oración de fe la que se escucha en el cielo y que se contesta en la tierra. Dios comprende las necesidades de la humanidad. Él sabe lo que deseamos antes de que se lo pidamos. Ve el conflicto del alma con la duda y la tentación. Nota la sinceridad del suplicante. Aceptará la humillación y la aflicción del alma "Miraré", declara, "a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra". Nuestras oraciones deben estar llenas de ternura y amor. 
 
Cuando anhelemos una comprensión más profunda y amplia del amor del Salvador, clamaremos a Dios pidiendo más sabiduría. Si alguna vez hubo necesidad de oraciones y sermones conmovedores, es ahora. El fin de todas las cosas se acerca. ¡Ojalá pudiéramos ver como debiéramos la necesidad de buscar al Señor con todo el corazón! Entonces lo encontraríamos. Que Dios le enseñe a su pueblo a orar. Review and Herald, 28 de febrero del 1888.

Wednesday, August 5, 2020

Los Que Hayan Usado Fielmente sus Talentos Escucharán "Bien hecho"



"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." El dinero del rescate se ha pagado por cada hijo e hija de Adán, y [el hecho] de que aquellos que han sido rescatados por la preciosa sangre de Cristo rehúsan lealtad a Él no los protegerá de la retribución que vendrá sobre ellos en el día final.

Tendrán que responder por su negligencia en usar sus talentos que les fueron confiados para el Maestro. Tendrán que responder por sus reproches contra su Hacedor y Redentor, y por su robo a Dios al retener sus talentos de Su servicio y enterrar los bienes de su Señor en la tierra. La familia humana está compuesta de agentes morales responsables, y desde los más altos y más dotados hasta los más bajos y más oscuros, todos están investidos con los bienes del cielo. El tiempo es un don confiado por Dios, y debe ser empleado diligentemente en el servicio de Cristo. La influencia es un don de Dios, y debe ejercerse para el avance de los más altos y nobles propósitos. Cristo murió en la cruz del Calvario para que toda nuestra influencia pudiera usarse para elevarlo ante un mundo que perece.

Aquellos que contemplen la Majestad del cielo que muere en la cruz por sus transgresiones valorarán su influencia solamente en el context en que ésta atrae a hombres y mujeres a Cristo, y la usarán solo para ese propósito. El intelecto es un talento confiado. La simpatía y el afecto son talentos para ser sagradamente protegidos y mejorados, para que podamos prestar servicio a Aquel cuya posesión comprada somos. Todo lo que somos o podemos ser pertenece a Dios. Se debe usar para Él la educación, la disciplina y la habilidad en todos los campos. . . . Ya sea que la cantidad encomendada sea grande o pequeña, el Señor requiere que sus mayordomos hagan lo mejor que puedan. No es la cantidad encomendada o la ganancia adquirida lo que trae a los hombres y mujeres la aprobación del cielo, sino la fidelidad, la lealtad a Dios, el servicio amoroso prestado, lo que trae la bendición divina " Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor". Esa recompensa de alegría no espera hasta nuestra entrada en la Ciudad de Dios, sino que el siervo fiel tiene un anticipo incluso en esta vida. Signs of the Times, 23 de enero del 1893.