Poder Infinito

 

El unigénito Hijo de Dios vino al mundo a redimir la raza caída. Él nos ha dado evidencia de su gran poder. Permitirá a quienes lo reciben desarrollar un carácter libre de todas las tendencias que revela Satanás. Podemos resistir al enemigo y a todas sus fuerzas. La batalla será ganada, la victoria obtenida por aquel que elija a Cristo como su líder, decidido a hacer lo correcto porque es lo correcto.

Nuestro divino Señor está a la altura de cualquier emergencia. Para Él nada es imposible. Ha demostrado su gran amor por nosotros al vivir una vida de abnegación y sacrificio y al morir en agonía. Vayan a Cristo tal como son. . . . Entréguense enteramente a su misericordia. No hay dificultad interna o externa que no pueda superarse con Su fortaleza.

Algunos tienen un temperamento tormentoso; pero Aquel que calmó el tormentoso mar de Galilea dirá al corazón atribulado: "Paz, enmudece". No hay naturaleza tan rebelde que Cristo no pueda apaciguarla, ni temperamento tan tormentoso que Él no pueda calmarlo, si el corazón se entrega a Su custodia.

 El que entrega su alma a Jesús no necesita desanimarse. Tenemos un Salvador todopoderoso. Mirando a Jesús, el autor y consumador de su fe, pude decir: "Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto no temeremos aunque la tierra sea removida; Aunque se traspasen los montes al corazón de la mar." (Salmo 46:1, 2). . . .

Tengamos más confianza en nuestro Redentor. No se aparten de las aguas del Líbano para buscar refrigerio en cisternas rotas que no retienen agua. Tengan fe en Dios. La dependencia confiada de Jesús hace que la victoria no sólo sea posible sino también segura. Aunque las multitudes estén yendo por el camino equivocado, aunque el panorama sea muy desalentador, podemos tener plena seguridad en nuestro Líder; porque "Yo soy Dios", declara, "no hay nadie más" (Isaías 45:22). Él es infinito en poder y capaz de salvar a todos los que acuden a Él. No hay ningún otro en quien podamos confiar con seguridad. In Heavenly Places, pág. 17.

Él Suple Nuestras Necesidades

 

Aquel que les ha dado la vida sabe que necesitan alimento para sustentarla. El que creó el cuerpo no ignora su necesidad de vestimenta. Aquel que ha concedido el don mayor, ¿no concederá también lo necesario para completarlo?

Jesús le señaló a sus oyentes los pájaros mientras cantaban sus cánticos de alabanza, libres de pensamientos preocupantes, porque "ni siembran ni cosechan"; y, sin embargo, el gran Padre provee para sus necesidades. Y Él pregunta: "¿No valen ustedes mucho más que ellos?"

La ley de Dios es la ley del amor. Él te le rodeado de belleza para enseñarle que no está en la tierra simplemente para explorar, cavar y construir, para trabajar e hilar, sino para hacer la vida brillante, gozosa y hermosa con el amor de Cristo, como las flores, para alegrar otras vidas por medio del ministerio del amor.

Padres y madres, dejen que sus hijos aprendan de las flores. Llévanlos con ustedes al jardín, al campo y bajo los árboles frondosos, y enséñenles a leer en la naturaleza el mensaje del amor de Dios. Que los pensamientos sobre Él se vinculen con los pájaros, las flores y los árboles. Guíen a los niños a ver en cada cosa agradable y hermosa una expresión del amor de Dios por ellos. Recomiéndenles su religión por lo agradable que es. Que la ley de la bondad esté en sus labios.

Enseñen a los niños que debido al gran amor de Dios, sus naturalezas pueden cambiar y ponerse en armonía con la suya. Enséñenles que Él hará que sus vidas sean hermosas con las gracias de las flores. Enséñenles, mientras recogen las dulces flores, que Aquel que hizo las flores es más hermoso que ellas. De esa manera, los zarcillos de sus corazones se entrelazarán alrededor de Él. Aquel que es "todo amable" será para ellos un compañero diario y un amigo familiar, y sus vidas serán transformadas a la imagen de Su pureza.

[Dios] desea adornar nuestros caracteres con Su rica gracia. Desea que nuestras palabras sean fragantes cmo las flores del campo. Lift Him Up, pág. 73.

Presione Su Caso

 

Espero que nadie se haga a la idea de que se está ganando el favor de Dios con la confesión de los pecados o que hay una virtud especial en confesarlos a los seres humanos. . . . El Señor quiere que acudamos a Él diariamente con todos nuestros problemas y confesiones de pecado, y Él puede darnos descanso. . . .

Confiese sus pecados secretos solo ante su Dios. Reconozca que su corazón tiende a irse a la deriva, ante Aquel que sabe perfectamente cómo tratar su caso. Si ha hecho daño a su prójimo, reconozca su pecado y muestra el fruto del mismo haciendo restitución. Entonces reclame la bendición. Vaya a Dios tal como es y deje que Él sane todas sus enfermedades. Lleve su caso al trono de la gracia; deje que el trabajo sea minucioso. Sea sincero en el trato con Dios y con su propia alma. Si va a Él con un corazón verdaderamente contrito, Él le dará la victoria. . . . Él no lo malinterpretará ni lo juzgará mal.

Sus semejantes no lo pueden absolver del pecado ni limpialo de la iniquidad. Jesús es el único que puede darle paz. Él le amó y se entregó por usted. Su gran corazón de amor está "conmovido por el sentimiento de nuestras debilidades" (Hebreos 4:15). ¿Qué pecados son demasiado grandes para que Él los perdone? ¿Qué alma es demasiado oscura y oprimida por el pecado para que Él la salve? Él es misericordioso, no busca mérito en nosotros, sino su propia bondad ilimitada, sanando nuestras rebeliones y amándonos libremente, mientras aún somos pecadores. Es "tardo para la ira y grande en bondad" (Nehemías 9:17).

Hay un remedio para el alma enferma de pecado. Ese remedio está en Jesús. ¡Precioso Salvador! Su gracia es suficiente para los más débiles; y el más fuerte también debe tener Su gracia o perecer....
 
Vaya a su lugar de oración y a solas allí, ruegue a Dios: "Crea en mí, oh Dios, un corazón alimpio,y renueva un espíritu recto dentro de mí" (Salmo 51:10). Sea ferviente, sea sincero. La oración ferviente puede mucho. Como Jacob, luche en oración. Agonice. Jesús en el huerto sudó grandes gotas de sangre; debe hacer un esfuerzo. No salga de su lugar de oración hasta que se sienta fuerte en Dios; luego observe, y mientras vigile y ore, podrá mantener bajo control esos malvados acosos, y la gracia de Dios podrá aparecer en ustede, y se manifestará.   God's Amazing Grace, page 87.

Bendiciones Para Animarnos

 

Dios esparce bendiciones a lo largo de nuestro camino para iluminar nuestro camino e inclinar nuestros corazones a amarlo y alabarlo, y quiere que saquemos agua del pozo de la salvación para que nuestros corazones sean refrescados. Podemos cantar los cánticos de Sión, podemos alegrar nuestros propios corazones y podemos alegrar los corazones de los demás; la esperanza puede fortalecerse, la oscuridad se convierte en luz. Dios no nos ha dejado en un mundo oscuro, como peregrinos y extraños que buscan un país mejor, est es, celestial, sin darnos preciosas promesas para aligerar cada carga. Los límites de nuestro camino están sembrados de bellas flores prometedoras. Florecen por todas partes, emitiendo una rica fragancia.

Cuántas bendiciones perdemos porque menospreciamos y pasamos por alto las bendiciones que recibimos diariamente, anhelando las que no tenemos. Las misericordias comunes que cubren nuestro camino son olvidadas y subestimadas. Podemos aprender lecciones de las cosas humildes de Dios en la naturaleza. La flor en lugares oscuros y humildes responde a todos los rayos de luz que puede recibir y echa sus hojas. El pájaro enjaulado canta en la jaula de su prisión, en la vivienda sin sol, como en la morada señorial y soleada. Dios sabe si haremos un uso sabio y salvador de sus bendiciones; Él nunca nos las dará para que abusemos de ellas. Dios ama el corazón agradecido, confiando implícitamente en sus palabras de promesa, obteniendo de ellas consuelo, esperanza y un lugar por medio de ellas; y Él nos revelará profundidades aún mayores de Su amor.

Si alabáramos el santo nombre de Dios como debiéramos, la llama del amor se encendería en muchos corazones. . . . La alabanza a Dios debe estar continuamente en nuestro corazón y en nuestros labios. Esa es la mejor manera de resistir la tentación de entregarse a una conversación ociosa y frívola.

El Señor quiere que miremos hacia arriba y le estemos agradecidos porque hay un cielo. . . . Captemos con fe viva las ricas promesas de Dios y seamos agradecidos desde la mañana hasta la noche.
Our High Calling, pág. 10. 

Porque Él Va Delante de Nosotros, No Seremos Conmovidos

 

En medio de las perplejidades que apremiarán el alma, sólo hay Uno que puede ayudarnos a salir de todas nuestras dificultades y aliviar todas nuestras inquietudes. Debemos depositar toda nuestra preocupación en Jesús y tener en cuenta que Él está presente y nos está indicando que tengamos comunión con Él. Debemos mantener nuestra mente fija en Dios; y en nuestra debilidad, Él será nuestra fortaleza; en nuestra ignorancia, Él será nuestra sabiduría; En nuestra fragilidad, Él será nuestra fortaleza perdurable.

Podemos estar seguros de que no necesitamos ir a los cielos para hacer descender a Jesús hasta nosotros, ni a las profundidades para hacerlo subir; porque Él está a nuestra diestra, y sus ojos están siempre sobre nosotros. Siempre debemos tratar de darnos cuenta de que el Señor está muy cerca de nosotros para ser nuestro consejero y guía. Ésa es la única manera en que podemos tener confianza en Dios.

Necesitamos educar y entrenar la mente para que tengamos una fe inteligente y una amistad comprensiva con Jesús. A menos que apreciemos continuamente la amistad entre Dios y nuestras almas, nos separaremos de Él y nos alejaremos de Él. Nos haremos amigos de quienes nos rodean y depositaremos nuestra confianza en la humanidad, y nuestros afectos se desviarán del verdadero objeto de adoración. No debemos permitir que la frialdad enfríe nuestro amor por nuestro Redentor. Si tenemos comunión con Él, siempre debemos poner al Señor delante de nosotros y tratarlo como a un Amigo muy apreciado, dándole el primer lugar en nuestros afectos. Debemos hablar de sus incomparables encantos y cultivar constantemente el deseo de tener un mejor conocimiento de Jesucristo. Entonces Su Espíritu tendrá un poder controlador sobre la vida y el carácter. . . . Si alguna vez hubo un momento en que los hombres necesitaron la presencia de Cristo a su diestra, es ahora. . . . Necesitamos al Capitán de nuestra salvación continuamente a nuestro lado.  Sons and Daughters of God, pág. 27.