Sunday, October 2, 2011

¿Tiene Ud. el Vestido de Bodas? Parte 3


Por Elena G. de White

Nota editorial: Científicos han advertido que los terremotos asesinos, (los que pasan de la magnitud 8 en la escala Richter) se están volviendo más frecuentes. El terremoto de Sumatra, en Indonesia, que
ocurrió en el 2004, ha creado estrés en muchas áreas. El terremoto de Fukushima, fue de 9.3 en la escala Richter y fue el más fuerte en toda la historia del Japón. En febrero del 2010, Chile fue sacudido por un terremoto de una magnitud similar al del Japón. El terremoto de Haití, en enero del 2010, fue de una magnitud de 7.0 en la escala Richter.
El Prof D.K. Paul, un ingeniero de císmico quien trabaja para IIT Roorkee, cree que los movientos tectónicos en la placa litosférica de la India, bajo la placa de Ero-asia, ha causado estrés que durante un período de tiempo se manifiesta en terremotos.
Una misteriosa explosión destryó un vecindario en Buenos Aires, Argentina, reportó FoxNews Latino. Expertos han dicho, de manera preliminar que pudo haber sido un meteorito.
El suceso ocurrió dos días después de que NASA reportó que un satelite de 5 toneladas, los restos del cual no pueden ser hallados, cayó a la tierra. La noche del 28 de septiembre del 2011 se pronostica una super luna oscura a medida que la luna se acerca más a la tierra y la órbita coincide con la nueva luna.
Se van a ver auroras a medida que una tremenda tormenta solar impacta el planeta tierra.


También está escrito: 'Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios' (Juan 1:12, 13). Jesús declaró: 'El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios' (Juan 3:5).
No se coloca delante de nosotros una norma baja, pues hemos llegado a ser los hijos de Dios. Hemos de ser salvados individualmente y, en el día del examen y de la prueba, podremos ver la diferencia entre el que sirve a Dios y el que no le sirve. Somos salvados como creyentes individuales en el Señor Jesucristo.
"Muchos se extravían porque piensan que pueden encaramarse hasta el cielo, que deben hacer algo para merecer el favor de Dios. Procuran mejorar mediante sus propios esfuerzos, sin ayuda. Esto nunca lo pueden realizar. Cristo ha abierto el camino al morir como nuestro sacrificio, al vivir como nuestro ejemplo, al llegar a ser nuestro gran sumo sacerdote. Él declara: 'Yo soy el camino, y la verdad, y la vida' (Juan 14:6). Si mediante algún esfuerzo propio pudiéramos abanzar un paso hacia la escalera, las palabras de Cristo no serían verdaderas. Pero cuando
aceptamos a Cristo, aparecerán las buenas obras como fructífera evidencia de que estamos en el camino de la vida, de que Cristo es nuestro camino y de que estamos recorriendo el verdadero sendero que conduce al cielo.
"Cristo mira el espíritu, y cuando nos ve llevando nuetra carga con fe, su perfecta sanidad hace expiación de nuestras faltas. Cuando hacemos lo mejor que podemos, él llega a ser nuestra justicia. Se
necesita de cada rayo de luz que Dios nos envía, para convertirnos en la luz del mundo." Mensajes Selectos, tomo 1, págs 431-432.
"Vosotros veis, pues que le hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. . .Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta" (Santiado 2:24-26). Es esencial tener fe en
Jesús y creer que habéis sido salvados por él, pero hay peligro de tomar la posición que muchos toman al decir: 'Estoy salvado'. Muchos han dicho: 'Ud. tiene que hacer buenas obras, y vivirá'. Sin embargo, fuera de Cristo, nadie puede hacer buenas obras. Muchos dicen hoy: 'Cree, solamente cree, y vivirás'. La fe y las obras van juntas. El creer y el hacer se entremezclan. El Señor no requiere menos del alma, ahora, que lo que requirió de Adán en el paraíso, antes de la caída: perfecta obediencia, justicia impecable. Lo que Dios requiere, bajo el pacto de la gracia, es tan amplio como lo que requirió en el paraíso: armonía con su ley, que es santa, y justa y buena. El Evangelio no debilita las demandas de la ley. Exalta la ley y la hace honorable. En el Nuevo Testamento no se requiere menos que lo que se requería en el Auntiguo Testamento. Nadie preste oídos al engaño tan agradable al corazón humano de que Dios
aceptará la sinceridad, no importa cuál sea la fe, no importa cuán imperfecta sea la vida. Dios requiere de sus hijos perfecta obediencia." Mensajes Selectos, tomo 1, págs. 438-439.


Continuará . . .

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