Por Elena G. de White
"Todos los que amen a Dios demostrarán que llevan su sello observando sus mandamientos. . . .
"Cuando la iglesia acepte la obra que Dios le dió, se cumplirá la promesa que se le hizo: 'Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se dejará ver presto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia'." El Ministerio de la Bondad, págs.37—38.
"¿Qué es la verdadera religión? Cristo nos ha dicho que la verdadera religión es el ejercicio de la compasión, la simpatía y el amor en el hogar, en la iglesia y en el mundo. Esta es la clase de religión para enseñar a los hijos y es lo genuino. Enseñadles que ellos no concentren sus pensamientos en sí mismos, sino que por doquier hay seres humanos necesitado y dolientes, que hay un campo para la obra misionera." Ibid, pág. 39.
"La verdadera simpatía entre el hombre y su prójimo ha de ser la señal que distinga a los que aman y temen a Dios de los que no tienen en cuenta su ley." ibid., pág. 40.
"Cristo tiene poder de parte de su Padre para dar su gracia divina y su fortaleza al hombre, haciendo que le sea posible vencer a través de su nombre.
"Todos están expuestos en forma personal a las tentacioones que Cristo venció, pero se provee fortaleza para ellos en el nombre todopoderoso del gran Vencedor. Y todos deben, por sí mismos e individualmente, vencer." My Life Today, pág. 317.
"Los que resisten en cada punto, que soportan cada prueba y vencen, a cualquier precio que sea, han escuchado el consejo del Testigo fiel y recibirán la lluvia tardía, y estarán preparados para la traslación." Joyas de los testimonios, tomo 1, pág. 66.
"Ninguno de nosotros recibirá jamás el sello de Dios mientras nuestros caracteres tengan una mancha. Nos toca a nosotros remediar los defectos de nuestro carácter, limpiar el templo del alma de toda contaminación. Entonces la lluvia tardía caerá sobre nosotros como cayó la lluvia temprana sobre los discípulos en el día de Pentecostés." Ibid., tomo 2, pág. 69.
"Los más encumbrados de la hueste redimida que estarán vestidos de blanco delante del trono de Dios y del Cordero, habrán conodico el conflicto necesario para vencer, porque habrán pasado por la gran tribulación. Los que hayan cedido a las circunstancias en vez de empeñarse en este conflicto, no sabrán cómo subsistir en aquel día cuando la angustia domine a toda alma, cuando, si Noé, Job y Daniel estuviesen en la tierra no salvarían 'hijo ni hija,' pues cada uno habrá de librar su alma por su propia justicia.
"Nadie necesita decir que su caso es desesperado, que no puede vivir como cristiano. Con la muerte de Cristo ha sido hecha amplia provisión para toda lama. Jesús es nuestro auxilio constante en tiempo de necesidad. Invoqémosle con fe, que él prometió oír y contestar nuestras peticiones." Ibid, págs. 69–70.
Continuará. . .
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