Por Elena G. de White
"Vi cuatro ángeles que habían de hacer una labor en la tierra y andaban en vías de realizarla. Jesús estaba revestido de sus vestiduras sacerdotales. Miró compasivamente al pueblo remanente, y alzando sus manos exclamó voz de profunda piedad: 'Mi sangre, Padre, mi sangre, mi sangre.' Entonces vi que de Dios, sentado en el gran torno blanco, salía una luz en extremo refulgente que derramaba sus rayos sobre Jesús. Después vi un ángel comisionado por Jesús para ir rápidamente a los cuatro ángeles que tenían determinada labor que cumplir en la tierra, y tremolando algo en su mano, clamó en alta voz: '¡Deteneos! ¡Deteneos! hasta que los siervos de Dios estén sellados en la frente.'
"le pregunté a mi ángel acompañante el significado de lo que oía y qué iban a hacer los cuatro ángeles. Me respondió que Dios era quien refrenaba todas las potestades del mundo y que encagaba a sus ángeles de todo lo relativo a la tierra; que los cuatro ángeles tenían poder de Dios para retener los cuatro vientos, y que estaban ya a punto de soltarlos, pero mientras aflojaban las manos y cuando los cuatro vientos iban a soplar, los misericordiosos ojos de Jesús vieron al pueblo remanente todavía sin sellar y alzondo las manos hacia su Padre intercedió con él, recordándole que había derramado su sangre por ellos. En consecuancia se le mandó a otro ángel que fuera velozmente a decir a los cuatro que retuvieran los vientos hasta que los siervos de Dios fuesen sellados en la frente con el sello con el sello del Dios vivo." Testimonioos Selectos, tomo 1, pág. 100.
"Los justos recibirán el sello de Dios antes de la terminación del tiempo de gracia." Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 75.
"Hermanos, vosotros a quienes las verdades de la Palabra de Dios han sido abiertas, ¿Qué parte desempeñaréis en las escenas finales de la historia de este mundo? ¿Estáis despiertos en cuanto a estas realidades solemnes? ¿Reconocéis la grande obra de preparación que se prositue en el cielo y en la tierra? Que todos los que han recibido luz, que han tenido la oportunidad de leer y oír la profecías, escuchen las cosas escritas en ella. "Porque elt iempo está cerca". (Apoc 22:10.) Que ninguno juegue ahora con el pecado, que es la fuente de toda la miseria en este mundo. No quedéis sumidos en el sueño letárgico de la indiferencia. No permitáis que el destino de vuestras almas dependa de la inseguridad. Tened la certeza de estar plenamente al lado del Señor. Preguntaos con corazones sincereos y labios temblorosos: "¿Quién podrá estar firme?" (Apoc 6:17.) En estas últimas horas de la gracia, ¿habéis colocado el mejor material en el edificio de vuestro carácter? ¿Habéis purificado vuestras almas de toda mancha?
¿Habéis seguido la luz? ¿Corresponden vuestras obras a vuestra profesión de fe?" Testimonies, tomo 6, pág. 404.
"El orgullo y el amor al mundo son las trampas que son un ostáculo tan grande para la espiritualidad y el crecimiento en la gracia. Ibid., tomo 2, pág. 187.
"Hemos de ser hombres que esperan a su Señor, no en ociosa expectativa, sino en trabajo fervoroso, con fe que no titubea." Ibid., tomo 5, pág. 452.
"Se requiere valor moral para hacer la obra en estosdías, pero que nadie sea conducido por el espíritu de la sabiduría humana. La verdad debiera ser todo para nosotros. Que los que quieren hacerse de renombre en el mundo se vayan con el mundo. El gran conflicto, en el que todos tomarán parte, está a punto de producirse. En él, todo el mundo cristiano se verá involucrado. Diariamente, hora tras hora, debemos actuar de acuerdo con los principios de la Palabra de Dios. El yo debe ser santificado por medio de los principios de la justicia, la misericordia y el amor de Dios." Alza tus Ojos, pág. 169.
"Ahora es el tiempo de prepararse. . .Todos los que reciban el sello de Dios deben estar sin mancha delante de Dios—candidatos para el cielo." Ibid., pág. 216.
Continuará. . .
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