Sunday, July 7, 2013

El Crisol del Cristiano Parte 8


Por Elena G. de White

"Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida." 2 Corintios 4:7-12.

"Todos los que consagran su alma, cuerpo y espíritu a Dios, recibirán constantemente una nueva medida de fuerzas físicas y mentales. Las inagotables provisiones del cielo están a su disposición. Cristo les da el alento de su propio espíritu, la vida de su propia vida. El Espíritu Santo despliega sus más altas energías para obrar en el corazón y la mente. La gracia de Dios amplía y ,ultiplica sus facultades y toda perfeccióm de la naturaleza divina los auxilia en la obra de salvar almas. Por la cooperación con Cristo, son completos en él, y en su debilidad humana son habilitados para hacer las obras de la Ominpotencia." El Deseado de Todas las Gentes, págs. 767-768.

"Abra las ventanas del alma hacia arriba y deje que penetre en ella la luz del Sol de Justicia. No se queje. No se lamente ni llore. No mire el lado oscuro de las cosas. Que la paz de dios reine en su alma. Entonces tendrá fortaleza para soportar todos los sufrimientos, y se regocijará porque tendrá gracia para llevarlos. Alabe al Señor; hable de su bondad; refiérase a su poder. Torne agradable la atmósfera que rodea su alma." Mensajes Selectos, tomo 2, págs. 304-305.

"En el camino que conduce a la ciudad de Dios, no hay dificultades que no puedan vencer quienes en él confían. No hay peligros de que no puedan verse libres. No hay tristeza, ni dolor ni flaqueza humana para la cual él no haya preparado remedio." El Ministerio de Curación, pág. 192.

"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido al mundo." Juan 16:33.

"Debemos confiar cabalmente en el Señor. Será para nosotros un pronto auxilio en las tribulaciones. Esperemos en el Altísimo y ejerzamos fe en sus promesas. Nos escuchará. Limitémonos a creer. Dispondremos de su ayuda y su sabiduría justamente cuanto las necesitemos." Cada Día con Dios, pág. 361.


Concluido.

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