Tuesday, February 24, 2015

Los Ciento Cuarenta y Cuatro Mil — Parte 4


"Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel." Apocalipsis 7:4.

"El mandamiento del sábado contiene el sello de la ley. La palabra señal es usada a veces como un sinónimo de "sello." [Romanos 4:11.]  Acerca del sábado, Dios dice: 'Señal es para ente mí y los hijos de Israel' [Éxodo 31:13, 16, 17]. 'Y díles también mis sábados que fuesen señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.' [Ezequiel 20:12.]" S.N. Haskell, The Cross And Its Shadow, pág. 361,

"Dios bendijo y santificó el sábado [Génesis 9:2, 3] y para aquel que lo guarde, se convierte en una señal o sello, del poder divino de santificarlo [Isaías 58:13,14]. Hay un conocimiento de Dios en la observancia apropiada del sábado; 'y santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová, vuestro Dios.' [Ezequiel 2:20.]

Debido a la ignorancia acertca de la Biblia, por un largo tiempo el sello fue quitado de la ley, y la gente, por lo general, se acostumbró a observar otro día como el día de reposo que no era aquel en el cual Dios reposó al principio. Todo eso fue predicho en el libro de Daniel [capítulo 7] y a través de Juan en el Apocalipsis. Pero también se predijo que vendría un cambio.

"Después de que pasara ese tiempo y la Biblia se hallara otra vez en las manos de la gente, el verdadero día de reposo del cuarto mandamiento iba a ser restaurado y observado, el portillo abierto en la ley iba aser reparado (Isaías 58:12), y la ley sería sellada entre los discípulos del Señor, los cuales iban a estar esperando ansiosamente su retorno. (Isaías 8:16, 17).

"En Apocalipsis 7:2, este mensaje de sellamiento es representado como viniendo del este o del nacimiento del sol. Debemos comprender a partir de esto, que comenzará como el nacimiento del sol, primero como una luz tenue, creciendo constantmente, hasta que ilumine toda la tierra." S. N. Haskell, The Cross And Its Shadow, pág. 362.

Continuará...

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