"Gad, aunque fue vencido por una tropa de tentaciones, ganó la victoria y acometió al fin. Benjamín, después ser un "lobo arrebatador"aprendió a confiar en Dios tan completamente, que se pudo decir de él que Dios lo cubría siempre y moraba entre sus hombros. Aser aprendió a mojar en aceite su pie y a pasar fácilmente por las pruebas que, sin el Espíritu de Dios, nunca hubieran posido ser vencidas.
"Ephraim y Dan, teniendo las mismas oportunidades que sus hermanos tuvieron para vencer las malas tendencias en sus caracteres, fracasaron en ganer la victoria, y no son contados con los ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales estarán sobre el monte santo de Dios y permanecerán en su templo.
"En familias por toda la nación hoy día la misma historia está siendo repetida. Hermanos, criados por los mismos padres, rodeados del mismo medio ambiente, están pasando por las mismas experiencias como las que se han registrado con referencia a los hijos de Jacob." S.N. Haskell, The Cross And Its Shadow, págs. 376-377.
Continuará...
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