Thursday, February 4, 2016

La Armadura de Dios —Parte 8



La armadura de Dios
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos." Efesios 6:10-18.

Antes de continuar con la coraza, debos señalar algunas otras cosas con especto al cinturón que descansaba sobre ella y al cual ésta se hallaba atada.

Debajo de la coraza, el soldado romano llevaba una túnica o una prenda exterior que le servía de ropa primaria. Generalmente se hacía de una pieza grande, cuadrada, de material que probablemente, al principio era lana de oveja, pero más tarde, en Asia, y para los ricos en Europa, llegó a ser de lino, con agujeros cortados para la cabeza y los brazos. Ésta cubría holgadamente la mayor parte del cuerpo del soldado. Por cientos de años, esta túnica fue lisa, con franjas de colores a la altura de los hombros y en los puños. Más adelante, los soldados vestían túnicas blancas cuando no estaban de servicio y para asistir a ceremonias, y cuando iban a la guerra, usaban túnicas rojas.
Juan vio al Señor Jeus marchando en un caballo blanco a combatir a sus enemigos y observó que Él  "estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS". Apocalipsis 19:13. Esa era una figura que una persona viviendo en el Imperio Romano comprendía: Cristo marchaba como un guerrero victorioso, conquistando y para vencer. Ese era un simbolismo que Juan comprendía muy bien.
Dado que la mayoría de los combates antiguos eran mano a mano, una túnica suelta era un obstáculo potencial e incluso un peligro. Antes de una batalla, el soldado usaban un cinturón, para que su túnica fuera recogida y cuidadosamente ceñida entre las piernas del soldado, el cinturón era de un cuero grueso.

Ese cinturón simboliza y demuestra la preparación del creyente para la guerra a la vez que su disposición para el combate espiritual, y es un sinónimo de la verdad. La palabra griega traducida como "verdad" (aletheia) básicamente se refiere al contenido de lo que es verdadero. Conocer el contenido de la verdad de Dios es absolutamente esencial para el creyente, si quiere luchar con éxito contra los trampas de Satanás. Si no conoce la enseñanza bíblica básica y fundamental,  está sujeto a ser llevado por doquiera de todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, mediante artimañas engañosas (véase Efesios 4:14).

Pero alethia también puede referirse a la actitud de la veracidad. Representa no sólo la precisión de las verdades específicas, el hecho de que son verdaderas, sino también la calidad de la veracidad. Ese parece ser el significado primario que Pablo tenía en mente aquí. El ser ceñidos con la verdad revela una actitud de disposición de aceptarla y de compromiso genuino en obedecerla.

Es la marca del creyente sincero que abandona la hipocresía. Todo peso que podría obstaculizar su trabajo para el Señor se recoge y se mete en el cinturón de la verdad para que esté fuera del camino. Pablo dijo que ningún soldado en servicio activo se enreda en los negocios de la vida, para que pueda agradar a Aquel que lo tomó por soldado (véase 2 Timoteo 2: 4).

Al estar ceñido con la verdad está siendo renovado en su mente y demostrando cuál es la voluntad de Dios, la cual es buena, agradable y perfecta (véease Romanos 12: 2). Cuando el cristiano renueva su mente al comprometerse con la verdad de Dios, que se convierte en "un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro racional culto racional (v. 1).

La Cota (o Coraza) de Justicia

¿En qué clase de batalla se encuentra Ud. ahora que es un cristiano? En medio de una recia batalla espiritual, que solamente se pondrá más fiera a medida que el tiempo avanza. El cristiano debe ser parte de la solución, no del problema.
No debemos echar a un lado nuestra armadura cuando salimos a la batalla diaria ni esperar para ponérnosla en un futuro, cuando la batalla arrecie más para nosotros. Tampoco podemos colocar sus piezas sobre nuestra vida espiritual de una manera descuidada.
Siempre recuerden lo que le pasó al rey Saúl, (véase 1 Reyes 22:34) una flecha le atravesó por entre las junturas de su coraza. ¿Está su coraza bien buesta hoy? Pueden las flechas enemigas atravesarla todavía?

Cuando Ud. y yo, como cristianos, no hacemos lo que es correcto, ¿qué es
lo que Satanás hace rápidamente? Nos dice que no somos dignos del amor de Dios y nos quebranta el corazón. Cuando esto nos sucede, ¿qué aplicación práctica tiene la armadura de Dios, y más específicamente, la coraza de justicia para nosotros?
En primer lugar, debemos confesar nuestros pecados, en segundo lugar, es necesario recordar que debemos ponernos la armadura de Dios y no olvidar nuestra coraza. Al colocarnos la correa de la verdad, recordemos que el amor de Dios y su misericordia hacia nosotros no tienen fin, vestirse de la coraza de justicia es la elección acertada y correcta del bien en lugar del mal.


Continuará...

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