La armadura de Dios
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en
el poder de su fuerza.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar
firmes contra las asechanzas del diablo.
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de
este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis
resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y
vestidos con la coraza de justicia,
y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar
todos los dardos de fuego del maligno.
Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu,
que es la palabra de Dios;
orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el
Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los
santos." Efesios 6:10-18.
Antes de continuar con la coraza, debos señalar algunas
otras cosas con especto al cinturón que descansaba sobre ella y al cual ésta se
hallaba atada.
Debajo de la coraza, el soldado romano llevaba una túnica o
una prenda exterior que le servía de ropa primaria. Generalmente se hacía de
una pieza grande, cuadrada, de material que probablemente, al principio era
lana de oveja, pero más tarde, en Asia, y para los ricos en Europa, llegó a ser
de lino, con agujeros cortados para la cabeza y los brazos. Ésta cubría
holgadamente la mayor parte del cuerpo del soldado. Por cientos de años, esta
túnica fue lisa, con franjas de colores a la altura de los hombros y en los
puños. Más adelante, los soldados vestían túnicas blancas cuando no estaban de
servicio y para asistir a ceremonias, y cuando iban a la guerra, usaban túnicas
rojas.
Juan vio al Señor Jeus marchando en un caballo blanco a
combatir a sus enemigos y observó que Él
"estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es
llamado EL VERBO DE DIOS". Apocalipsis 19:13. Esa era una figura que una
persona viviendo en el Imperio Romano comprendía: Cristo marchaba como un
guerrero victorioso, conquistando y para vencer. Ese era un simbolismo que Juan
comprendía muy bien.
Dado que la mayoría de los combates antiguos eran mano a
mano, una túnica suelta era un obstáculo potencial e incluso un peligro. Antes
de una batalla, el soldado usaban un cinturón, para que su túnica fuera
recogida y cuidadosamente ceñida entre las piernas del soldado, el cinturón era
de un cuero grueso.
Ese cinturón simboliza y demuestra la preparación del
creyente para la guerra a la vez que su disposición para el combate espiritual,
y es un sinónimo de la verdad. La palabra griega traducida como
"verdad" (aletheia) básicamente se refiere al contenido de lo que es
verdadero. Conocer el contenido de la verdad de Dios es absolutamente esencial
para el creyente, si quiere luchar con éxito contra los trampas de Satanás. Si
no conoce la enseñanza bíblica básica y fundamental, está sujeto a ser llevado por doquiera de todo viento de
doctrina, por la astucia de los hombres, mediante artimañas engañosas (véase
Efesios 4:14).
Pero alethia también puede referirse a la actitud de la
veracidad. Representa no sólo la precisión de las verdades específicas, el
hecho de que son verdaderas, sino también la calidad de la veracidad. Ese
parece ser el significado primario que Pablo tenía en mente aquí. El ser
ceñidos con la verdad revela una actitud de disposición de aceptarla y de
compromiso genuino en obedecerla.
Es la marca del creyente sincero que abandona la hipocresía.
Todo peso que podría obstaculizar su trabajo para el Señor se recoge y se mete
en el cinturón de la verdad para que esté fuera del camino. Pablo dijo que
ningún soldado en servicio activo se enreda en los negocios de la vida, para
que pueda agradar a Aquel que lo tomó por soldado (véase 2 Timoteo 2: 4).
Al estar ceñido con la verdad está siendo renovado en su
mente y demostrando cuál es la voluntad de Dios, la cual es buena, agradable y
perfecta (véease Romanos 12: 2). Cuando el cristiano renueva su mente al
comprometerse con la verdad de Dios, que se convierte en "un sacrificio
vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro racional culto racional (v. 1).
La Cota (o Coraza) de Justicia
¿En qué clase de batalla se encuentra Ud. ahora que es un
cristiano? En medio de una recia batalla espiritual, que solamente se pondrá
más fiera a medida que el tiempo avanza. El cristiano debe ser parte de la
solución, no del problema.
No debemos echar a un lado nuestra armadura cuando salimos a
la batalla diaria ni esperar para ponérnosla en un futuro, cuando la batalla
arrecie más para nosotros. Tampoco podemos colocar sus piezas sobre nuestra
vida espiritual de una manera descuidada.
Siempre recuerden lo que le pasó al rey Saúl, (véase 1 Reyes
22:34) una flecha le atravesó por entre las junturas de su coraza. ¿Está su
coraza bien buesta hoy? Pueden las flechas enemigas atravesarla todavía?
Cuando Ud. y yo, como cristianos, no hacemos lo que es correcto,
¿qué es
lo que Satanás hace rápidamente? Nos dice que no somos
dignos del amor de Dios y nos quebranta el corazón. Cuando esto nos sucede,
¿qué aplicación práctica tiene la armadura de Dios, y más específicamente, la
coraza de justicia para nosotros?
En primer lugar, debemos confesar nuestros pecados, en
segundo lugar, es necesario recordar que debemos ponernos la armadura de Dios y
no olvidar nuestra coraza. Al colocarnos la correa de la verdad, recordemos que
el amor de Dios y su misericordia hacia nosotros no tienen fin, vestirse de la
coraza de justicia es la elección acertada y correcta del bien en lugar del mal.
Continuará...
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