Monday, May 30, 2016

La Armadura de Dios—Parte 25


La armadura de Dios
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos." Efesios 6:10-18.

La idea que se le da al soldado cristiano es, que Satanás no lleva a cabo una guerra abierta. Él no enfrenta al soldado cristiano cara a cara, sino que avanza en una forma encubierta; avanza en la oscuridad; emplea la astucia en lugar del poder, y busca más bien engañar y traicionar a su vctima que vencer simplemente por la fuerza. Por lo tanto, existe la necesidad de estar constantemente armado para poder enfrentarlo cada vez que ataque. Un hombre que tiene que lidiar con un enemigo visible, puede sentirse seguro si sólo se dispone a combatirlo en el campo abierto. Pero muy diferente es el caso si el enemigo es invisible; si se acerca a nosotros con astucia y sigilo; si practica la guerra sólo por emboscadas y sorpresas. Tal es el enemigo contra el cual tenemos que lidiar y por eso tenemos necesidad de toda la ayuda de la armadura con la cual Dios nos ha provisto. 

Se nos ha advertido que ninguna parte de esa armadura debe faltar. Que debe estar completa a cada momento. No debe pensarse que ninguna carece de importancia. Todas son vitales.
La completa armadura de Dios le concenderá al soldado cristiano el poder para resistir el mal, y tomar su lugar entre los soldados que combaten en el ejército del Dios Todopoderoso. Su deber y la asignación es mantenerse en la brecha, hombro con hombro con los demás soldados del Señor donde sea que Él le coloque, trabajar bajo el cntrol y la dirección del Espíritu Santo, lado a lado con las inteligencias celestiales, resistiendo todos los ataques del diablo y rescatando almas para el reino de los cielos. Defendiendo el terreno que le ha sido asignado, negándose a ser desplazado, rehusando batirse en retirada ni volverse atrás, curando a los oprimidos y con la ayuda poderosa de Dios, destruyendo toda obra del diablo.


Propósito Militar Práctico-
El apóstol Pablo habó de una sola de cinco diferentes clases de espadas que usaban los soldados romanos.

Espada del Espíritu
Propósito práctica militar
Pablo habló de uno de los cinco diferentes tipos de espadas romanas. Ésta era un arma de doble filo con su punta vuelta hacia arriba. Infligía mucho más daño que todas las otras espadas. No sólo tenía la intención de matar, sino que también podría rasgar las entrañas del enemigo en pedazos. Sólo se necesitaba penetrar en el enemigo a una profundidad de dos a tres pulgadas para herirlo mortalmente. Otra ventaja de esa espada era que el soldado no tenía que voltear su espada alrededor para infligir daño al enemigo. Ésta podía cortar en dos direcciones. Por eso era considerada como un arma mortal y muy poderosa. Pablo describe la Palabra de Dios como un arma personal impresionante y de gran alcance, que puede ser usada como un arma defensiva y ofensiva a través de la oración, al reclamar las promesas de un Dios que no tiene límites.

Aplicación en la Guerra Espiritual
Nuestra espada del Espíritu es la Palabra de Dios. Cuando Jesús fue tentado por Satanás en el desierto, constantemente citó las palabras de su Padre y las citaba con autoridad. Como resultado, obtuvo la victoria sobre el tentador. Cada palabra era como una espada de dos filos dirigida hacia la cabeza de su adversario. Dios nos ha dado la autoridad para usar sus palabras porque todos somos embajadores de Cristo. Dios habla con la autoridad máxima en el universo. Habló y el universo fue creado de la nada, también sostiene los mundos en su lugar y en su curso alrededor del sol mediante su Palabra. Cuando hablamos la palabra de Dios conforme a su voluntad, no hay poder en el universo que oponerse. Debemos aprender a usar las promesas de Dios con poder y fe.


Continuará. . .




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