"Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba
delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle.
Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido
a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? Y Josué
estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban
delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira
que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala."
Zacarías 3:1-4.
"Entonces se levantaron Jesúa hijo de Josadac y sus
hermanos los sacerdotes, y Zorobabel hijo de Salatiel y sus hermanos, y
edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos, como
está escrito en la ley de Moisés varón de Dios." Esdras 3:2.
"Mientras Josué rogaba humildmente por el cumplimiento
de las promesas divinas, Satanás se puso en pie desafiantemente para
resistirle. Señaló las transgresiones de Israel como una razón por la cual el
pueblo no debía ser restaurado al favor de Dios. Los reclamó como su presa, y
exigió que fueran entregados en sus manos para ser destruidos.
"El sumo sacerdote no podía defenderse a sí mismo ni a
su pueblo de las acusaciones de Satanás. No aseverába que Israel estaba libre
de falta. En sus vestiduras manchadas, simbolizando los pecados del pueblo, los
cuales él llevaba sobre sí como su representante, se hallaba en pie delante del
Ángel que es el Señor, confesando su culpabilidad, sin embargo, señalando hacia
su arrepentimiento y humillación, dependiendo de la misericordia de un Redentor
que perdona el pecado y reclamando las promesas de Dios por la fe." Review
and Herald, 2 de enero del 1908.
Continuará...
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