La Perfecta Obediencia de Cristo Puede Ser Nuestra

[Las Escrituras cuentan] la historia tan importante para todo ser humano la sepa, por una parte se presenta la desobediencia de Adán, con sus consecuencias; por la otra, la obediencia a Cristo. El Huerto del Edén fue deshonrado por la desobediencia de Adán; pero como por esa transgresión muchos fueron hechos pecadores, de igual manera por la obediencia de Uno, muchos son hechos justos.

El mundo ha sido honrado con la presencia de un Hombre que fue total y completamente obediente: Uno que no solo creyó y enseñó las demandas de la ley de Dios, sino que vivió la ley. Toda su vida fue una representación de sus santos principios. Su obediencia se manifestó en la terrible agonía que sufrió en el Huerto de Getsemaní; y a través de Su sufrimiento ha traído el perdón a los desobedientes.

Cuando Cristo dio a sus discípulos las condiciones de la salvación, Él dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. La abnegación y las cruces se encuentran directamente en el camino de cada alma que seguirá a Jesús. Habrá oposición a cada paso de nuestro avance hacia el cielo; porque Satanás vendrá de muchas maneras para embaucar, engañar y revestir el pecado con la apariencia del bien....

Los instaría. . . a que consideren cuidadosamente la abnegación y el sacrificio personal que Cristo ha soportado en su nombre, para que ustedes, si así lo eligen, puedan tener esa felicidad y paz en esta vida que solo Él puede dar, y una eternidad de dicha en el más allá. Entonces, ¿no se convertirán en misioneros de Cristo? ¿No estarán dispuestos a negarse a si mismos por su bien? para considerar cómo pueden servirle a Él, quien ha hecho ese servicio por ustedes al redimir su alma del poder del pecado y de Satanás? Cuando estaba en la tierra, Cristo dijo de sí mismo: "Yo estoy entre vosotros como el que sirve". No se esforzó por obtener el lugar más elevado; porque era manso y humilde de corazón. Los invita a que aprendan de Él, que lleven Su yugo, el yugo de la obediencia a todo precepto de Jehová. Youth’s Instructor, 1 de abril del 1897.

Concluido.