Josué declara claramente que sus instrucciones y advertencias al pueblo no eran sus propias palabras, sino las palabras de Dios. Esa gran piedra permanecería para testificar a las generaciones venideras acerca del evento que fue erigida para conmemorar, y sería un testigo contra el pueblo, si alguna vez degeneraran en la idolatría....
Si era necesario para el pueblo antiguo de Dios recordar a menudo la manera en que Él trataba con ellos en misericordia y juicio, en consejo y reprensión, es igualmente importante que contemplemos las verdades que nos son entregadas en Su Palabra, (la verdad, la cual, si es obedecida, nos llevará a la humildad y a la sumisión, y a la obediencia a Dios.) Hemos de ser santificados a través de la verdad.
La Palabra de Dios presenta verdades especiales para cada época. El trato de Dios con su pueblo en el pasado debería recibir nuestra cuidadosa atención. Deberíamos aprender las lecciones que están diseñadas a enseñarnos. Pero no hemos de sentirnos contentos solamente con ellas. Dios está guiando a su pueblo paso a paso. La verdad es progresiva. Escudriñador ferviente estará recibiendo constantemente kuz del cielo. ¿Qué es la verdad? debiera siempre ser nuestra pregunta. The Signs of the Times, 26 de mayo del 1881.