Wednesday, November 11, 2020

El Eterno Pacto Divino

 

Dios respalda cada promesa que ha hecho. Con sus Biblias en sus manos, digan: "He hecho lo que has dicho. Presento tu promesa: 'Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá' (Mateo 7:7)"....

El arco iris alrededor del trono es una garantía de que Dios es veraz; que en él no hay mudanza, ni sombra de variación. Hemos pecado contra Él y no merecemos Su favor; sin embargo, Él mismo ha puesto en nuestros labios la más maravillosa de las súplicas: " Por amor de tu nombre no nos deseches, ni deshonres tu glorioso trono; acuérdate, no invalides tu pacto con nosotros" (Jeremías 14:21). Él se ha comprometido a prestar atención a nuestro clamor cuando vayamos a Él confesando nuestra indignidad y nuestro pecado. El honor de Su trono está en juego para el cumplimiento de Su palabra para nosotros.

A todo el que se ofrece al Señor para servirle, sin retener nada, se le da poder para la obtención de resultados inconmensurables. El Señor Dios está obligado por una promesa eterna a suministrar poder y gracia a todo aquel que sea santificado mediante la obediencia a la verdad.

Nehemías entró en la presencia del Rey de reyes y ganó a su lado un poder que puede convertir los corazones como se mueven los ríos de las aguas.

Orar como lo hizo Nehemías en su hora de necesidad es un recurso que está a la disposición del cristiano en circunstancias en las que otras formas de oración pueden ser imposibles. Los trabajadores en los ajetreados caminos de la vida, hacinados y casi abrumados por la perplejidad, pueden enviar una petición a Dios pidiendo guía divina.... En tiempos de dificultad o peligro repentinos, el corazón puede lanzar su grito pidiendo asistencia de parte de Aquel que se ha comprometido a venir en ayuda de Sus fieles y creyentes siempre que lo invoquen. En toda circunstancia, bajo toda condición, el alma abrumada por el dolor y el cuidado, o atacada ferozmente por la tentación, puede encontrar seguridad, apoyo y socorro en el amor y el poder inagotable de un Dios que guarda su pacto. God's Amazing Grace, pág. 157.

 

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