Tuesday, January 25, 2022

Unidos a Dios Por la Fe

 

"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos." ¿Podemos concebir una relación más íntima con Cristo que esta? Las fibras del pámpano son casi idénticas a las de la vid. La comunicación de la vida, la fuerza y de la fecundidad del tronco a las ramas es constante y sin obstrucciones. La raíz envía su alimento a través de la rama. Tal es la relación del verdadero creyente con Cristo. Él permanece en Cristo, y obtiene su alimento de Él.

Esta relación espiritual sólo puede establecerse mediante el ejercicio de la fe personal. Esa fe debe expresar de nuestra parte suprema preferencia, perfecta confianza, entera consagración. Nuestra voluntad debe estar totalmente entregada a la voluntad divina; nuestros sentimientos, deseos, intereses y honor, identificados con la prosperidad del reino de Cristo y el honor de su causa, recibiendo constantemente la gracia de Él, y Cristo aceptando la gratitud de parte nuestra.

Cuando se forma la intimidad de conexión y comunión, nuestros pecados son puestos sobre Cristo, su justicia nos es imputada. Él fue hecho pecado por nosotros, para que nosotros pudiéramos ser hechos justicia de Dios en Él. Tenemos acceso a Dios a través de Él; somos aceptados a través del Amado. Cualquiera que de palabra o de hecho hiere a un creyente, hiere a Jesús. Cualquiera que dé un vaso de agua fría a un discípulo por ser hijo de Dios, será considerado por Cristo como habiéndselo dado a Él.

Fue cuando Cristo estaba a punto de despedirse de sus discípulos que les dio el hermoso emblema de su relación con los creyentes. . . . Una unión con Cristo por la fe viva es duradera; toda otra unión debe perecer. . . . El verdadero creyente elige a Cristo como primero y último, y el mejor en todo.  My Life Today, pág. 11.


Tuesday, January 18, 2022

La Gracia Divina Nuestra Mayor Necesidad

 

La conversión genuina nos lleva diariamente a la comunión con Dios. Habrá tentaciones que enfrentar, y una fuerte corriente subterránea que nos alejaría de Dios hacia nuestro antiguo estado de indiferencia y olvido pecaminoso de Dios. Ningún corazón humano puede permanecer fuerte sin la gracia divina. Ningún hombre puede permanecer convertido a menos que se cuide a sí mismo y el Maestro tenga cuidado de él. A menos que el corazón se aferre a Dios, y Dios se aferre a él, se volverá seguro de sí mismo y lleno de exaltación propia y seguramente tropezará y caerá. El poder de Dios a través de la fe era la dependencia de Pablo: "ya no vivo yo," exclamó en su humildad, "mas vive Cristo en mí" (Gálatas 2:20). "Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado." (1 Corintios 9:26, 27.)

Pablo tenía un temor tan constante, de que sus malas propensiones lo vencieran, que constantemente luchaba, con firme resistencia, con apetitos y pasiones rebeldes. Si el gran apóstol tenía ganas de temblar ante su debilidad, ¿quién tiene derecho a sentirse seguro de sí mismo y a ser jactancioso? En el momento en que comenzamos a sentirnos autosuficientes y confiados, entonces estamos en peligro de un fracaso vergonzoso.

Nuestra única defensa segura contra los pecados que nos acosan es la oración, la oración diaria y a cada hora. No el ser un día celoso y al siguiente despreocupado, sino que a través de la vigilancia y del fervor, volverse vitalizado mediante la relación con Dios. La oración es necesaria, y no debemos esperar a sentir, sino orar, orar fervientemente, tengamos tengams deseos de hacerlo o no. El cielo está abierto a nuestras oraciones. La oración es el canal que conduce nuestra gratitud y los anhelos de nuestra alma d recibir la bendición divina hacia el trono de Dios, para que nos sean devueltas en refrescantes lluvias de la gracia divina. Muchos permiten que ese canal se congele, y como resultado se interrumpe la conexión con el cielo. . . . ¡Oh, que pasemos más tiempo de rodillas y menos tiempo haciendo planes para nosotros mismos y pensando que podemos hacer algo grande por nuestra cuenta! Our Father Cares, pág. 244.

 

Thursday, January 13, 2022

Amor Por Los Demás

 

 
 Debéis seguir a Dios como hijos amados, ser obedientes a todos sus requerimientos, andando en amor como Cristo también nos ha amado. . . . El amor fue el elemento en el que Cristo se movió, caminó y trabajó. Vino a abrazar al mundo en los brazos de Su amor. . .

Debemos seguir el ejemplo dado por Cristo, y hacer de Él nuestro Modelo, hasta que tengamos el mismo amor por los demás que Él ha manifestado por nosotros. Él busca impresionarnos con esa profunda lección de amor. . . . Si vuestros corazones se han entregado al egoísmo, dejad que Cristo os impregne de su amor. Él desea que lo amemos completamente, y alienta, sí, incluso manda, que amemos a los demás como Él nos ha dado el ejemplo. Ha hecho del amor la insignia de nuestro discipulado. . . . Esa es la medida a la que han de llegar, amaos "unos a otros; como yo os he amado". ¡Qué altura, qué profundidad y qué amplitud de amor! Este amor no consiste simplemente en abrazar unos pocos favoritos, sino en alcanzar a las más bajas y humildes de las criaturas de Dios. Jesús dijo: "en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis".

El amor y la simpatía que Jesús quiere que demos a nuestros semejanes no es algo sentimental, lo  cual es una trampa para el alma; es un amor que es de extracción celestial, que Jesús ejemplifica tanto por precepto como por ejemplo. Pero en lugar de manifestar ese amor, ¡cuántas veces nos sentimos alejados y distanciados los unos de los otros! . . . El resultado es el alejamiento de Dios, una experiencia empequeñecida, una ruina del crecimiento cristiano. . . .

El amor de Jesús es un principio activo que une corazón con corazón en lazos de comunión cristiana. Todo el que entre en el cielo habrá sido perfeccionado en la tierra en el amor; porque en el cielo el Redentor y los redimidos serán objetos de nuestro interés.  Our Father Cares, pág. 27.


Tuesday, January 4, 2022

Dios Escucha la Oración

 

 
 Nuestro Padre celestial espera para otorgarnos la plenitud de Su bendición. Tenemos el privilegio de beber abundantemente de la fuente del amor ilimitado. ¡Qué sorprendente es que oremos tan poco! Dios está listo y dispuesto a escuchar la oración sincera del más humilde de Sus hijos y, sin embargo, se manifiesta de nuestra parte mucha renuencia a dar a conocer nuestros deseos a Dios. ¿Qué pueden pensar los ángeles del cielo de los pobres seres humanos indefensos, que están sujetos a la tentación, cuando el divino corazón de amor infinito anhela a sus hijos, dispuesto a darles más de lo que pueden pedir o pensar, y sin embargo oran tan poco y tienen tan poca fe? A los ángeles les encanta inclinarse ante Dios; les encanta estar cerca de él. Consideran la comunión con Dios como su mayor gozo; y, sin embargo, los hijos de la tierra, que necesitan tanto la ayuda que solo Dios puede dar, parecen satisfechos al caminar sin la luz de Su Espíritu, sin la compañía de Su presencia.

Dios acepta y escucha la oración de aquellos que tienen un corazón humilde, confiado y contrito; y cuando Dios ayuda, se superarán todos los obstáculos. ¿Cuántos hombres de grandes habilidades naturales y extensa educación han fracasado cuando se los coloca en puestos de responsabilidad, mientras que los de intelecto más débil, en un ambiente menos favorables, han tenido un éxito maravilloso. El secreto es: los primeros confiaron en sí mismos, mientras que los segundos se unieron  a Aquel que es grande en consejo, y magnífico en hechos para lograr lo que Él quiere.

Dios escucha la oración. Cristo dijo, "Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré". Nuevamente, dijo,
"Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará". Juan 14:14; 12:26. Si vivimos de acuerdo con Su palabra, se cumplirán todas las preciosas promesas que Él ha hecho. No merecemos Su misericordia, pero cuando nos entregamos a Él, Él nos recibe. Trabajará para aquellos que lo siguen y a través de ellos.

El Señor ciertamente escuchará y contestará las oraciones de sus obreros si lo buscan a fin de obtener consejo e instrucción.

Dios escucha las oraciones de todos los que lo buscan en verdad. Tiene el poder que todos necesitamos. Él llena el corazón de amor, gozo, paz y santidad.  

El Dios infinito, dijo Jesús, le confiere el privilegio de acercarse a Él por el nombre de Padre. Comprende todo lo que eso implica. Ningún padre terrenal suplicó jamás a un hijo descarriado con tanto fervor como el que te hizo le suplica al transgresor.

Ningún interés humano y amoroso siguió jamás al impenitente con invitaciones tan tiernas. Dios habita en cada morada; Escucha cada palabra que se pronuncia, escucha cada oración que se ofrece, siente los dolores y desilusiones de cada alma, considera el trato que se le da al padre, a la madre, a la hermana, al amigo y al prójimo. Se preocupa por nuestras necesidades, y Su amor, misericordia y gracia fluyen continuamente para satisfacer nuestra necesidad. Prayer, pág. 34.