El alma de cada uno es preciosa. Todo el cielo está interesado en el plan de salvación, y su poder está esperando nuestra demanda. Podemos elegir sabiamente, y por medio de Cristo llegar a ser más preciosos que la cuña de oro de Ofir, o podemos llegar a ser como metal que resuena y címbalo que retiñe; pero si degeneramos, alcanzaremos el cielo con todas sus riquezas.
El carácter no se puede comprar con oro; no puede venir a nosotros por accidente. El carácter es logrado por el esfuerzo individual, ayudado por la gracia de Cristo. Se forma mediante batallas duras y severas con uno mismo. Conflicto tras conflicto debe ser combatido contra las tendencias hereditarias
Si se deja que el carácter sea moldeado según lo dirija el azar, se volverá deforme y desagradable. En todos hay puntos débiles, y Satanás se aprovecha de ellos. Las tentaciones se espesarán alrededor del camino; pero el Señor ayudará a los que le pidan con sinceridad. Por lo tanto, manténgase firme en la fortaleza de Jesús. No se desvíe de lo que es recto para ganar favores o evitar dificultades. Los cristianos pueden darse el lujo de ser directos y firmes como una roca en cuant a los principios; y toda la excelencia de carácter que alcancemos se obtendrá moviéndose en esa línea recta.
Sea amable y considerado con los demás; pero al mismo tiempo sea franco y sincero, porque el Señor detesta el disimulo. La norma del mundo no es el criterio del cristiano: Dios y todo bien deben ser su lema. Se debe valorar la veracidad y la franqueza. Debe actuar con honestidad y rectitud en este presente mundo malo. Podemos pasar por el mundo una sola vez; no podemos volver a corregir errores; por lo tanto, cada movimiento debe hacerse con temor piadoso y cuidadosa consideración.
Jehová es la fuente de toda sabiduría, de toda verdad, de todo conocimiento. Hay grandes logros que el hombre puede alcanzar en esta vida a través de la sabiduría que imparte Dios; pero hay un infinito más allá que será el estudio y el gozo de los santos a través de las edades eternas.
El hombre ahora sólo puede asomarse al borde de esa vasta extensión y dejar que la imaginación tome su vuelo.
El hombre finito no puede sondear las cosas profundas de Dios; porque las cosas espirituales se disciernen espiritualmente. La mente humana no puede comprender la sabiduría y el poder de Dios.
The Watchman, February 5, 1907.
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