Wednesday, September 9, 2009

Todavía Aquí --- ¿Por Qué?


Por Robert Pierson

El fallecido Robert H. Pierson fue presidente de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día desde el año 1966 hasta el 1977. Esta apelación al pueblo de Dios fue impresa por primera vez en la revista Review and Herald del 23 de diciembre del 1973, en la sección titulada "De Corazón a Corazón."
¿Por qué la obra no ha sido terminada? ¿Por qué Jesús no ha venido, y por qué los santos no están en el reino? Hoy día oímos diferentes razones que explican por qué estamos todavía en la tierra del enemigo. Es un problema del desarrollo del carácter, algunos dicen. Otros declaran que la gran comisión no se ha llevado a cabo—el mensaje adventista todavía no ha sido proclamado por testimonio a todas las naciones. Sin embargo, otros afirman que la iglesia no ha aceptado completamente el mensaje de la justificación por la fe como fue presentado en la sesión de la Asociación General de 1888, en la ciudad de Minneápolis; por lo tanto, el fuerte pregón no ha sido dado, la obra no se ha terminado y todavía estamos aquí. Todas estas explicaciones pueden ser factores contribuyentes, pero quiero darles otra idea que vale la pena aplicar, merecedora de su piadosa reflexión, cuando usted se pregunta acerca de la tardanza del regreso del Señor.
Léanse cuidadosamente estas palabras de la profetisa de Dios para los últimos días. Fueron escritas en el año 1901:
"Tal vez tengamos que permanecer aquí en este mundo muchos años más debido a la insubordinación, como les sucedió a los hijos de Israel. El Evangelismo, pág. 505. El énfasis es suplido. La insubordinación es desprecio por la autoridad—en este caso, desprecio por la autoridad de la Palabra de Dios y el espíritu de profecía—desprecio por el consejo de Dios, que en una forma tan clara y misericordiosa ha dado a su pueblo de los últimos días.
"Por cuanto llamé, y no quisisteis oír. Ni quisieron mi consejo, y menospreciaron toda reprensión mía". Proverbios 1:24-30.
En los días de Moisés, la nación escogida por Dios sufrió de la misma enfermedad espiritual que afecta al pueblo de Dios en nuestros días. "Durante cuarenta años, la incredulidad, la murmuración y la rebelión impidieron la entrada del antiguo Israel en la tierra de Canaán. Los mismos pecados han demorado la entrada del monderno Israel en la Canaán celestial. En ninguno de los dos casos faltaron las promesas de Dios. La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos ha mantenido en este mundo de pecado y tristeza tantos años." El Evangelismo, pág. 505.
En esas palabras, Elena de White trata más detalladamente acerca de la insubordinación —uniéndola estrechamente con la incredulidad, la murmuración y la rebelión. Además, ella describe algunos de los resultados del desprecio deliberado por la autoridad y el consejo de Dios. Éste se manifiesta en el carácter mundano, en la falta de consagración y algunas veces en contiendas.
Ah, usted dice, pero ¿dónde hemos desdeñado su consejo? Demos una mirada reflexiva a algunas citas inspiradas que deberían motivarnos a considerarlas y a orar de la manera más ferviente. ¿Estoy a la altura de ellas?
"Dios nos ha llamado a enarbolar el estandarte de su sábado pisoteado. ¡Cuán importante es, pues, que nuestro ejemplo sea correcto en la observancia del sábado!" Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 19.
No hay ninguna duda acerca de esto. Un grupo mayor entre nosotros del que quisiéramos admitir, se han vuelto negligentes en recordar el santo día de Dios—viajes de placer, excursiones a la playa, comidas en restaurantes, la conversación ociosa. ¿Qué diremos acerca del consejo de Dios con respecto a la verdadera observancia del sábado? ¿Estamos en insubordinación?
Algunos de ustedes pueden sentirse tentados a "ignorarme" en este momento
—[pensando], sólo otra arenga acerca de cosas ‘externas’— ¡legalismo!" Les ruego que me escuchen hasta que haya terminado. ¡Ustedes encontrarán mucho de Jesús antes de que termine!
Muchos de nosotros necesitamos orar bastante —y cambiar— cuando leemos las siguientes líneas: "La obediencia a las modas está invadiendo nuestras iglesias, y está haciendo más que cualquier otro poder para separar de Dios a nuestro pueblo." Joyas de los Testimonios, tomo 1, pág. 600. Si esto fue cierto cuando se escribió, ¿cómo será ahora entre nosotros?
No pasen muy rápidamente por encima de este consejo inspirado. ¿Hay semillas de insubordinación en su relación con las solemnes advertencias, con respecto a la luz que muchos descartan como simplemente algo externo? ¡Dios dice que esto está separando a muchos de él!
¿Qué diremos acerca de las diversiones? "El cristiano verdadero no deseará entrar en un lugar de diversiones or perticipar en pasatiempo alguno sobre el cual no pueda pedir la bendición de Dios." El Hogar Adventista, pág. 468. ¡Piénselo bien! ¿Insubordinación?
¿Podían las siguientes declaraciones tener alguna relación con lo que ustedes practican? "El beber té y café es un pecado." Consejos Sobre el Régimen Alimenticio, pág. 511.
"muchos que están hoy solamente medio convertidos con respecto al consumo de carne abandonarán el pueblo de Dios para no andar más con él." Ibid., pág. 456. Piensen acerca de estas palabras la próxima vez que coman fuera o en la casa.
La mensajera del Señor declara, que nuestra dieta, puede encender fuegos de insubordinación. "El Señor no proporcionó a su pueblo alimentación de carne en el desierto porque sabía que ese régimen crearía enfermedad e insubordinación." Comenstario Bíblico Adventista del Séptimo Día, tomo 1, pág. 1126. ¿Nos atrevermos a tratar estas palabras ligeramente? ¿Se aplican a ustedes —a mí?
Algunos que tienen que ver con la operación de las instituciones médicas, tal vez deberían pensar en algunos consejos inspirados. "El consumo de carne no debe prescirbirse para ningún inválido por parte de ningún médico que entienda estas cosas. Las enfermedades de los animales están haciendo que el consumo de carne sea un asunto peligroso." Consejos Sobre el Régimen Alimenticio, pág. 493. ¿Puede alguna vez convertirse en insubordinación el argumentar?
La Palabra de Dios tiene algo que decir sobre la mundanalidad. "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él." 1 Juan 2:15. Cuán fácilmente el mundo oscurece la faz de nuestro Padre.
¿Qué diremos acerca de la música? "Dios acepta la música únicamente cuando por su influencia los corazones se santifican y enternecen. Pero muchos que se complacen con la música no saben lo que significa producir melodías en sus corazones para Dios. Sus corazones han ido ‘tras sus ídolos’." El Evangelismo, pág. 373.
¿Han llegado a ser insubordinados algunos de nuestros gustos y selecciones?
Maestros, administradores escolares y miembros de junta bien pueden orar acerca de esta instrucción: "No honramos a Dios cuando nos apartamos del único Dios verdadero para consultar con el dios de Ecrón. Surge la pregunta: ¿Será porque no hay Dios en Israel por lo que habéis ido al dios de Ecrón para consultar?" Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día, tomo 2, pág. 1030.
Comprendo demasiado algunas de las complejidades que enfrentamos en nuestro programa educativo hoy día. No quiero ser crítico, pero estoy ansioso. ¿Cuán frecuentemente, quizás sin darnos cuenta, moldeamos porciones de nuestro programa educativo a la manera de Ecrón y cuán prominente es el papel que juega la Biblia en nuestras escuelas de iglesia, academias, colegios y universidades?
Los puestos de libros en estos días están congestionados de literatura de mala calidad. ¿Hay algún consejo para nosotros sobre este asunto? "Las obras baratas de ficción no benefician. Éstas no imparten un conocimiento verdadero. . .Roban el tiempo que debería ser dedicado a los deberes prácticos de la vida y al servicio de Dios." Fundamentals of Christian Education, pág. 92.
Recientemente un amigo mío, a quien la mayoría de ustedes conocería si mencionara su nombre, me escribió una carta después de que habíamos concluido una piadosa discusión sobre el tema de la insubordinación. Quiero compartir con ustedes dos párrafos de ésta. Él sintetiza todo en estas palabras:
"Creo que a medida que obtenemos un enfoque más completo, del cual no podemos escapar cuando entramos en este estudio del elemento más profundo del desafío a la autoridad, y como Elena G. de White lo presenta: ‘insubordinación,’ nuestras mentes serán dirigidas a ver algunos de los principios, los cuales pueden fácilmente obstaculizar el camino de la rápida terminación de la obra. Para nombrar algunos, podríamos mencionar: un creciente relajamiento en la observancia del sábado; una aceleración en la experiencia de los adventistas del séptimo día en acudir a la ley y a las demandas judiciales, colocando sus problemas ante las cortes del país, lo cual está prohibido en la Palabra de Dios y señalado como siendo particularmente ofensivo para Dios; la negligencia relacionada con la reforma pro salud en sus más amplios aspectos y en algunos casos desfío; el orgullo y el amor al vestido y la falta de modestia en el vestir.
La Batalla Sobre los Accesorios
"Algunos de los primeros consejos a la iglesia relacionados con una relación con Dios se refirieron a este punto. La batalla constante sobre los accesorios, las joyas y el anillo matrimonial, la burla acerca de los consejos que se nos han dado con respecto a la disparidad en la remuneración de los médicos y otros obreros denominacionales. Elena de White mostró claramente el fruto de llevar a cabo estos principios, primero en nuestra casa publicadora en Battle Creek —y este fue uno de los problemas en los años noventa del siglo IXX — y la obra médica.
La deshonestidad de parte de los miembros de iglesia en sus obligaciones hacia Dios con respecto al diezmo. Y podría continuar."
¿Sólo cosas externas —tonterías— ustedes dicen? Cuando desechamos el consejo de Dios, y esta es la razón de "que permanezcamos aquí en este mundo," el nombre del juego, en el lenguaje del cielo, es insubordinación.
¿Nos molesta que se nos recuerden estas cosas? La reprensión es desagradable al corazón humano. "El espíritu de murmuración en contra de la reprensión ha estado echando raíces y produciendo el fruto de la insubordinación." Testimonies, tomo 4, pág. 199.
Los padres pueden contribuir a la insubordinaciión de sus hijos. "Si los padres estuvieran comprometidos a mantener la autoridad del maestro, mucha insubordinación, vicios, y libertinaje podrían ser prevenidos." Testimonies, tomo 5, pág. 89.
Algunos de nosotros como pastores, oficiales de iglesia y administradores deberíamos considerar con oración si somos cuplables de sembrar semillas de insubordinación en los corazones de nuestros líderes o miembros de iglesia al conducir nuestra obra como dictadores. "El poder despótico que se ha desrrollado, como si el cargo hubiera convertido a los hombres en dioses, me hace temer, y debe producir temor. Es una maldición dondequiera se lo ejerza y quienquiera lo ponga en práctica. Este enseñoreamiento de la heredad de Dios creará un resentimiento tan grande hacia la conducción humana que producirá un estado de insubordinación." Testimonios para los Ministros, pág. 361.
El Señor nos ha colocado entre su pueblo como pastores, nunca como dictadores.
¡Cuánto necesitamos el espíritu de obediencia, de sumisión a la voluntad del Padre celestial. Él dijo: "He guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor." Juan 15:10.
Con Jesús no hubo lucha o resistencia. Él se rindió a la dirección de su Padre voluntaria y completamente día tras día. Nada era muy pequeño, nada era muy grande para despertar su obediencia amorosa.
Fue "tentado en todo según nuestra semejanza, pero sinpedado". Hebreos 4:15.
"Y aunque era Hijo, aprendió la obediencia por lo que padeció". Hebreos 5:8. "El cual por el gozo puesto delante de él soportó la cruz, menospreciando el oprobio, y está sentado a la diestra del trono de Dios." Hebreos 12.2.
Armonía con la Voluntad de Dios
Con Jesús no era un asunto de cuán poco él debía hacer para estar en armonía
con la voluntad de su Padre. No había ni la más mínima insubordinación en su vida o ministerio. "Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió," dijo Jesús. Juan 4:34. Nuevamente, dijo: "No busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre." Juan 5:30.
Cuando el diablo tentó al Maestro con el amor al mundo, Jesús estableció el ejemplo que nosotros como el pueblo de Dios debemos seguir hoy día. "Jesús le dijo: También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. De nuevo le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adoras. Entonces Jesús le dijo: Vete Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás." Mateo 4:7–10.
Él tampoco vaciló en el asunto del apetito o en cualquier otro punto. "Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo, según nuestra semejanza. pero sin pecado." Hebreos 4:15.
Jesús fue obediente a "toda palabra que sale de la boca de Dios". Mateo 4:4.
¡No hubo ninguna insubordinación!
"Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, consideremos al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; el cual es fiel al que le designó." Hebreos 3:1–2.
La sangre de Cristo proporciona la salida de este mundo. Nuestra aceptación de esta provisió y nuestra rendición incondicional a su voluntad y autoridad ¡es nuestra única esperanza de entrar en su reino —pronto!
"Tal vez tengamos que permanecer aquí en este mundo muchos años más debido a la insubordinación."
Jesús provee un camino mejor—el camino de la sompleta sumisión y la obediencia a la voluntad de nuestro Padre celestial. ¿El resultado? Una pronta entrada en su reino.

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