Por Ron Spear
“Dios aceptará únicamente a los que están determinados a ponerse un blanco elevado. Coloca a cada agente humano bajo la obligación de hacer lo mejor que puede. De todos exige perfección moral. Nunca debiéramos rebajar la norma de justicia a fin de contemporizar con malas tendencias heredadas o cultivadas. Necesitamos comprender que es pecado la imperfección de carácter. En Dios se hallan todos los atributos justos del carácter como un todo perfecto y armonioso, y cada uno de los que recibe a Cristo como su Salvador personal, tiene el privilegio de poseer esos atributos.” Palabras de Vidas del Gran Maestro, pág. 265.
“Sin embargo, Cristo no nos ha dado la seguridad de que sea asunto fácil lograr la perfección del carácter. Un carácter noble, cabal, no se hereda. No lo recibimos accidentalmente. Un carácter noble se obtiene mediante esfuerzos individuales, realizados por los méritos y la gracia de Cristo. Dios da los talentos, las facultades mentales; nosotros formamos el carácter. Lo desarrollamos sosteniendo rudas y severas batallas contra el yo. Hay que sostener conflicto tras conflicto contra las tendencias hereditarias. Tendremos que criticarnos a nosotros mismos severamente, y no permitir que quede sin corregir un solo rasgo desfavorable.” Ibid. , pág. 266.
“Nadie diga: No puedo remediar mis defectos de carácter. Si llegáis a esta conclusión, dejaréis ciertamente de obtener la vida eterna. La imposibilidad reside en vuestra propia voluntad. Si no queréis, no podéis vencer. La verdadera dificultad proviene de la corrupción de un corazón no santificado y de la falta de voluntad para someterse al gobierno de Dios.” Ibid.
####FAVOR DE CHEQUEAR ESTA CITA, NO TENEMOS EL LIBRO EN ESPAÑOL### “La perfección del carácter cristiano, debe ser el blanco y el propósito de nuestra vida. Los seguidores de Cristo deben imitarlo en su disposición . . . El lema es como Cristo, no como vuestro padre o vuestra madre, sino como Jesucristo —ocultos en Cristo, vestidos de la justicia de Cristo, imbuidos con el Espíritu de Cristo.” Nuestra Elevada Vocación, pág. 31
Nuestras vidas son muy frágiles. El aire que respiramos proviene de Dios y mientras respiremos, podemos usar la inteligencia de nuestra mente para buscar una relación más estrecha con Jesús. Rindiendo nuestra voluntad a él, momento tras momento, con una obediencia amorosa a toda la verdad conocida y buscando constantemente más verdad, a fin de obtener una experiencia mayor para vencer todas las tendencias heredadas y cultivadas hacia el pecado, es la obra de nuestra vida. Este logro nos convertirá en su generación escogida, un pueblo peculiar.
“Todos los que consagran su alma, cuerpo y espíritu a Dios, recibirán constantemente una nueva medida de fuerzas físicas y mentales. Las inagotables provisiones del Cielo están a su disposición. Cristo les da el aliento de su propio espíritu, la vida de su propia vida. El Espíritu Santo despliega sus más altas energías para obrar en el corazón y la mente. La gracia de Dios amplía y multiplica sus facultades y toda perfección de la naturaleza divina los auxilia en la obra de salvar almas. Por la cooperación con Cristo, son completos en él, y en su debilidad humana son habilitados para hacer las obras de la Omnipotencia.” El Deseado de Todas las Gentes, págs. 767–768.
“El Salvador anhela manifestar su gracia e imprimir su carácter en el mundo entero. Es su posesión comprada, y anhela hacer a los hombres libres, puros y santos. Aunque Satanás obra para impedir este propósito, por la sangre derramada para el mundo hay triunfos que han de lograrse y que reportarán gloria a Dios y al Cordero. Cristo no quedará satisfecho hasta que la victoria sea completa, y él vea ‘del trabajo de su alma . . . y será saciado.’ Isaías 53:11.” Ibid, pág. 768.
Dios está ahora esperando por su generación escogida de los últimos días, su pueblo peculiar, la Iglesia Adventista del Séptimo Día, para demostrar al mundo condenado lo que él puede hacer con todos los seres humanos caídos, cuando ellos están dispuestos a entregar sus vidas a su servicio. Véase El Deseado de Todas las Gentes, pág. 99.
Pronto el cuarto ángel de Apocalipsis 18 se unirá al tercer ángel de Apocalipsis 14, y entonces habrá un fuerte pregón en la experiencia de la lluvia tardía. El mundo será advertido, las leyes dominicales se convertirán finalmente en una realidad, el sello de Dios será colocado sobre los fieles y obedientes y la marca de la bestia caerá sobre los desobedientes.
Esforcémonos ahora por alcanzar la elevada norma de justicia, para que podamos ser su generación escogida, su pueblo peculiar.
Concluido.
Tuesday, June 8, 2010
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