Sunday, July 22, 2012

La Familia del Cielo y de la Tierra: El Ministerio de los Ángeles Parte 2



Por Elena G. de White

Nota Editorial: Tormentas eléctricas han devastado ciertas áreas de los Estados Unidos. Dos hombres fueron muertos por rayos en tormentas que se extendieron desde Texas hasta la costa este de los Estados Unidos.
Toda la noche del 15 de julio, rayos cayeron en ciertas partes de Arizona, sin la menor lluvia, procupando a algunos residentes, ya que los "rayos secos" pueden encender fuegos.


"Debe aprovecharse cuidadosamente toda oportunidad de trabajar como Cristo trabajó." Joyas de los Testimonios, tomo 2, pág. 488.

"No son las penurias, el trabajo o la pobreza lo que degrada a la humanidad; es el pecado, la transgresión de la ley de Dios. Los esfuerzos hechos para restaurar a los perdidos y degradados no tendrán valor a menos que los requerimientos
de la ley de Dios y la necesidad de serle fieles se graben en la mente y el corazón. Dios no ordenó nada que no sea necesario para vincular a la humanidad consigo....Los ángeles están ayudando en esta obra de restaurar a los caídos, y hacerlos volver a Aquel que dio su vida
para redimirlos, y el Espíritu Santo coopera con el ministerio de los agentes humanos para despertar las facultades morales obrando sobre el corazón, reprendiéndolo y convenciéndolo de pecado, de justicia y de juicio." Ibid., pág. 497.

"El mundo se convencerá no tanto por lo que el púlpito enseña como por lo que la iglesia vive. El predicador anuncia la teoría del Evangelio, pero la piedad práctica de la iglesia demuestra su poder." Ibid., pág. 498.

"Los ángeles que sirven a los que han de heredar la salvación, dicen a cada santo: 'Hay trabajo para vosotros.' 'Id, y...hablad al pueblo todas las palabras de esta vida.' (Hech 5:20.) Si todos aquellos a quienes se dirige esta orden la obedeciesen, el Señor prepararía el camino delante
de ellos y les daría recursos con los cuales ir." Ibid., tomo 3, pág. 67.

" 'Y he aquí, yo vengo presto—dice el Señor,—y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra.' (Apoc.22:12.) A su venida, él examinará cada talento, y exigirá los intereses de los capitales que nos confiara. Por su propia humillación y agonía, por su vida de trabajo
y su muerte ignominiosa, Jesús pagó ya los ervicios de quienquiera que lleve su nombre y profese ser su siervo. Cada uno tiene el deber solemne de emplear todas sus facultades para ganar almas para él. 'No sois vuestros—dice él.—Porque comprados sois por precio.' (1 Cor. 6:19, 20.) Glorificad,
pues, a Dios por una vida de servicio que hará pasar a los hombres y mujeres de pecado a la justicia. Hemos sido comprados al precio de la vida de Cristo, para que mediante un servicio fiel, devolvamos a Dios lo que le pertenece.

"No tenemos tiempo ahora para dedicar nuestras energías y talentos a emrpesas mundanales. . . .El cielo entero se interesa en la ejecución de la obra que Cristo vino a hacer rn rl munfo. Los agentes celestiales preparan el camino para que la luz de la verdad brille en los lugares oscuros. Los
áangeles están liostos para entrar en comunicación con los que quieran emprender la obra que nos ha sido asignada desde hace años. ¿No nos dedicaremos con energía a buscar los medios de trabajar en las ciudades grandes? Muchas ocasiones se han perdido ya porque no se empredió inmediatamente esta
obra y no se supo ir adelante con fe. El Señor dice: 'Si hubieseis creído los mensajes que os dirijí, no habría tanta falta de obreros y de medios para sostenerlos.'" Ibid., pág. 339.

Continuará. . .

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