Sunday, August 19, 2012

La Familia del Cielo y de la Tierra: El Ministerio de los Ángeles Parte 6



Por Elena G. de White

"Vi a los malos ángeles contender por las almas, y a los ángeles de Dios resistirles. El conflicto era intenso. Los malos ángeles estaban corrompiendo la atmósfera con su influencia venenosa, y se cernían en tropel alrededor de aquellas almas para entumecer su sensibilidad. Los ángeles santos estaban mirando con ansiedad, y esperando para rechazar la shuestes de Satanás. . Pero no es obra de los ángeles buenos dominar las mentes de los hombres contra su voluntad. Si ellos se entregan al enemigo y no hacen esfuerzo para resisitirle, entonces los ángeles de Dios no pueden hacer mucho más que mantener en jaque a la hueste de Satanás, para que no destruya a los que están en peligro, hasta que se les haya dado mayor luz con el fin de despertarlos y hacerlos mirar al Cielo en procura de ayuda. Jesús no comisiona a los ángeles santos para que libren a los que no se esfuerzan por ayudarse a sí mismos.

"Si Satanás ve que corre peligro de perder a un alma, hace cuanto puede para conservarla. Y cuando la persona llega a darse cuenta del peligro que corre, y con angustia fervor busca fortaleza en Jesús, Satanás teme perder un cautivo, y llama un refuerzo de sus ángeles para rodear a la pobre alma y formar una muralla de tinieblas en derredor de ella con el propósito de que la luz del cielo no la alcance. Pero si el que está en peligro persevera, y en su impotencia se aferra a los méritos de la sangre de Cristo, nuestro Salvador escucha la ferviente oración de fe, y envía refuerzos de ángeles poderosos en fortaleza para que lo libren.

"Satanás no puede soportar que se recurra a su poderoso rival, porque teme y tiembla ante su fortalezas y majestad. Al sonido de la oración ferviente, toda la hueste de Satanás tiembla. Él continúa llamando legiones de malos ángeles, para lograr su objeto. Cuando los ángeles todopoderosos, revestidos de la armadura del cielo, acudan en auxilio del alma preseguida y desfalleciente, Satanás y su hueste retroceden, sabiendo perfectamente que han perdido la batalla. Los voluntarios súbditos de Satanás son fieles, activos y unidos en un propósito, y aunque se aborrecen y se hacen guerra mutuamente, aprovechan toda oportunidad para fomentar su interés común. Pero el gran General del cielo y de la tierra ha limitado el poder de
Satanás." Joyas de los Testimonios, tomo 1, págs. 121–122.

"No comprendemos suficientemente el gran conflicto que pone frente a frente los ejércitos invisibles de los ángeles buenos y de los ángeles desleales. Los ángeles buenos y los malos luchan alrededor de cada hombre. No es un conflicto imaginario; no son batallas simuladas aquellas en que estamos empeñados. Tenemos que hacer frente a los adversarios más poderosos y nos incumbe decidir quiénes vencerán. Debemos hallar nuestra fuerza precisamente donde hallaron la suya los primeros discípulos. . . .'Y fueron llenos del Espíritu Santo' . . . .

"Colocad vuestra mente y vuestra voluntad dondel el Espíritu Santo pueda alcanzarlas, pues él no usará la mente ni la conciencia de otro hombre para revelarse a vosotros. Estudiad la Palabra de Dios pidiendo fervientemente la sabiduría de Dios. Consultad la razón santificada y enteramente sometida a Dios." Ibid., tomo 3, págs. 193–194.

"Todos los que se ocupan en tareas misioneras son la mano ayudadora de Dios. . . .Ellos son colaboradores con los ángeles, o mejor dicho, son instrumentos humanos por medio de los cuales cumplen su misión los ángeles. Los ángeles hablan por medio de su voz y obran por medio de sus manos. Y los obreros humanos, cooperando con los seres celestiales, tienen el beneficio de su educación
y experiencia." El Ministerio de la Bondad, pág. 114.


Continuará. . .

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