Sunday, August 18, 2013

Cristo, Nuestra Esperanza y Nuestra Justicia, Parte 3


"Sin el poder transformador que solamente puede venir a través del poder divino, las tendencias originales el pecado permanecen en el corazón con toda su fuerza, para forjar nuevas cadenas, para imponer una esclavitud que nunca podrá ser quebrantada por el poder humano.  Pero los hombres nunca podrán entrar en el cielo con sus vijos gustos, inclinaciones, ídolos, ideas y teorías." Review and Herald, 19 de agosto del 1890.

"La gracia de Cristo purifica al mismo tiempo que perdona, y capacita a los hombres para un cielo santo." That I may Know Him, pág. 336.

"La gracia es un atributo de Dios puesto al servicio de los seres humanos indignos. Nosotros no la buscamos, sino que fue enviada en busca nuestra. Dios se complace en concedernos su gracia, no porque seamos dignos de ella, sino porque somos rematadamente indignos. Lo único que nos da derecho a ella es nuestra gran necesidad." El Ministerio de Curacióm, pág. 119.

"La parte que el hombre debe realizar en la salvación del alma es la de creer en Cristo Jesús como el Redentor perfecto, no de otro hombre sino de su propio ser.

"Cristo imputa la perfección suya y su justicia al pecador creyente cuando éste no continúa en el pecado, sino que se vuelve de la transgresión a la obediencia de los mandamientos.

"Aunque puede ser justo y aun justificar al pecador con los méritos de Cristo, ningún hombre puede cubrir su alma con el manto de la justicia de Cristo mientras esté practicando pecados conocidos, o siendo negligente a deberes que él ya conoce." The Faith I Live By, pág. 115.

"¿Se aferrará el hombre del poder divino, y con determinació y perseverancia resistirá a Satanás así como Cristo le ha dado el ejemplo en el conflicto con el enemigo en el desierto de la tentación? Dios no puede salvar al hombre del poder de los artificios de Satanás en contra de su voluntad. El hombre debe trabajar con su poder humano auxiliado por el poder deivino de Cristo, a fin de ser capaz de resisitir y vencer a cualquier costo. En resumidas cuentas, el hombre debe vencer así como Cristo venció. Luego, mediante la victoria que es su privilegio alcanzar en el nombre todopoderoso de Jesús, podrá llegar a ser un coheredero con Cristo. Este no hubiera sido el caso si Cristo solo hubera logrado toda la victoria. El hombre debe hacer su parte; él debe ser vencedor por su esfuerzo, por medio de la fuerza y la gracia que Cristo le da. El hombre debe trabajar en unión con Cristo en la labor de vencer, y así será partícipe con Cristo en su gloria." Testimonies for the Church, tomo 4, págs. 32-33.

"Nadie diga: No puedo remediar mis defectos de carácter. Si llegáis a esta conclusión, dejaréis ciertamente de obtener la vida eterna. La imposibilidad reside en vuestra propia voluntad. Si no queréis, no podéis vencer. La verdadera dificultad proviene de la corrupción de un corazón no santificado y de la falta de voluntad para someterse al gobierno de Dios. Recordad que nunca alcanzaréis una norma más elevada que la que vosotros mismos os fijéis.

"Proponeos, pues, un blanco alto, y ascended todo el largo de la escalera del progreso paso a paso, aunque represente penoso esfuerzo, abnegación y sacrificio. Que nada os estorbe. El destino no ha tejido sus redes alrededor de ningún ser humano tan firmemente que éste tenga que permanecer impotente y en la incertidumbre. Las circunstancias adversas deberían crear una firme determinación de vencerlas. El quebrantar una barrera dará mayor habilidad y valor para seguir adelante. Avanzad con determinación en la debida dirección, y las circunstancias serán vuestros ayudadores, no vuestros obstáculos." Palabras de Vida del gran Maestro, págs. 266-267.

"Aunque cristo ganó una victoria sin precio en favor del hombre al vencer las tentaciones de Satanás en el desierto, esta victoria no le será beneficiosa al pecador a menos que gano la victoria por su propia cuenta." Confrontation, pág. 64.

"Así también la fe, si no tuviere obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras: muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras." Santiago 2:17-18.

"Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas." Efesios 2:8-10.

Concluido.

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