Sunday, September 22, 2013

Las Tribus de Israel — Parte 5


Simeón [Oída] -Continuación.

"Hay algo patético en todo el asunto. El príncipe de Sichêm había arruinado a Dina, la única hija de Jacob. Es fácil imaginar como una hermana única sería amada y atesorada por sus hermanos, y especialmente por los hijos de Lea, quien también era la madre de Dina. Cuando Jacob le reprochó a Simeón y a Leví el asesinato, su única respuesta fue: '¿Había él de tratar á nuestra hermana como á una ramera?'[Génesis 34:31.]" Stephen, N. Haskell, The Cross and Its Shadow, págs. 293-294.

[Nota Editorial: Es interesante observar que en una sociedad dominada por el género masculino, y teniendo Jacob tantos hijos varones quienes pudieron haber perfectamente escoltado a su hermanita Dina al festival y haberla traído de vuelta a su padre sana y salva, nadie tomó semejante precaución. También Jacob era un hombre rico, con muchos criados, una criada de confianza hubiera podido haber chaperoneado a la muchacha con ayuda de un siervo más joven y capaz de protegerlas. Pero tampoco se tomó esa precaución. Es posible que la familia, habiendo vivido en el lugar por tanto tiempo, haya confiado en los paganos a su alrededor más de lo que debía, y por eso ocurriera esta tragedia que podía haberse evitado.]

"Evidentemente el amor por su hermana provocó el acto de venganza. También querían rescatarla; porque Dina había sido atraída a la casa del príncipe de Sichêm, y después del asesinato, Simeón y Leví la trajeron de vuelta a su casa con ellos. [Génesis 34:26.]

"Las palabras que Jacob le dijo a Simeón demuestran que Dios no pasa por alto el pecado en nadie. El hecho de que su única hermana fue arruinada no era excusa para cometer el terrible acto de venganza.

"Cuando los hijos de Jacob se reunieron alrededor del lecho de su padre para recibir su bendición de despedida, el ver a Simeón y a Leví trajo a la mente del patriarca moribundo de una manera vívida los detalles de ese asesinato cometido alrededor de cuarenta años atrás, y él exclamó: ‘Simeón y Leví, hermanos: Armas de iniquidad su armas. En su secreto no entre mi alma’. Y como si se estremeciera solamente de pensar que su nombre pudiera ser ennegrecido por su malvado curso de acción, continuo: ‘Ni mi honra se junte en su compañía; Que en su furor mataron varón, Y en su voluntad arrancaron muro. Maldito su furor que fue fiero; Y su ira, que fue dura: Yo los apartaré en Jacob, Y los esparciré en Israel.’ [Génesis 49:5-7.]

“Ambas tribus fueron “apartadas” [divididas] y “esparcidas.” ¡Pero en forma muy diferente! Los levitas tenían posiciones de honor y fueron esparcidos por el país como educadores religiosos y sacertotes [véase 2 Crónicas 17:7-9.] La dispersion de la tribu de Simeón se debió a elementos corruptores dentro de la tribu misma, los cuales redujeron sus números y finalmente resultaron en echarlos de su heredad.” Stephen N. Haskell, The Cross and Its Shadow, pág. 294.

Continuará...

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