Tuesday, August 30, 2016

Fe y Valor—Parte 3



La Necesidad de la Oración

     "No entendemos como debiéramos el gran conflicto que se libra entre las agencias invisibles, la controversia entre los ángeles leales y desleales. Sobre todo hombre ángeles buenos y malos luchan. Este no es un conflicto fingido. Las batallas en las que estamos envueltos no son imitadas. Tenemos que enfrentar adversarios muy poderosos, y depende de nosotros determinar quién ganará. Hemos de encontrar nuestra fuerza, donde los primeros discípulos encontraron la suya. 'Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego'. 'Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados.' 'Y fueron todos llenos del Espíritu Santo.' Hechos 1:14; 2: 2, 4.

     "No hay excusa para la defección o el desaliento, porque todas las promesas de la gracia celestial son para aquellos que tienen hambre y sed de justicia. La intensidad del deseo representado por el hambre y la sed es una promesa de que se le dará el suministro codiciado.

     Tan pronto como nos damos cuenta de nuestra incapacidad para hacer la obra de Dios, y nos sometemos a ser guiados por su sabiduría, el Señor puede trabajar con nosotros. Si vaciamos el alma del yo, Él suplirá todas nuestras necesidades.

     Coloque su mente y su voluntad donde el Espíritu Santo pueda alcanzarlos; porque él no va a funcionar a través de la mente y la conciencia de otro hombre para llegar a la suya. Con ferviente oración para recibir sabiduría, haga de la Palabra de Dios a su tema de estudio. Tome el consejo de la razón santificada, entréguese por completo a Dios.

     Mire a Jesús en sencillez y fe. Contemple a Jesús hasta que el espíritu se desmaye bajo el exceso de luz. Nosotros no oramos ni la mitad de lo que debiéramos. No creemos ni la mitad de lo que deiéramos. 'Pedid, y se os dará'. Lucas 11: 9. Oren, crean, fortalezcánse mutuamente. Ore como nunca ha orado antes para que el Señor ponga su mano sobre Ud., a fin de que puede ser capaz de comprender la longitud y la anchura y la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que sea lleno de toda la plenitud de Dios." Atlantic Union Gleaner, 23 de septiembre del 1903.    
 
Continuará...                     

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