Uno de los Dones del Espíritu Santo—Parte 1

"El verdadero amor no es meramente un sentimiento o una emoción. Es un principio viviente que se manifiesta en la acción. El verdadero amor, dondequiera que existe, controlará la vida. Así ocurre con el amor de Dios. 'Dios es amor,' y en todas sus obras, y en todo su trato con la humanidad, su carácter es revelado," The Australasian Union Conference Record, 1 de junio del 1900.

'En su primera epístola a los corintios, el apóstol Pablo presenta la importancia de ese amor que debiera ser atesorado por los seguidores de Cristo:

" 'Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.  Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.' [1 Corintios 13:1-3, citado.]

"No importa cuán elevada sea su profesión [de fe] aquel que no está imbuido de amor por Dios y por su prójimo no es un discípulo de Cristo. Aunque posea gran fe, y aun posea el poder de realizar milagros, sin embargo, faltando el amor, su fe no tiene valor. Puede deplegar una gran liberalidad, pero si por algún motivo que no sea el amor reparta todos sus bienes para dar de comer a los pobres, el acto no lo encomia al favor de Dios. En su celo, puede que hasta reciba la muerte de un mártir, sin embargo, si está destituido del oro del amor, será considerado por Dios como entusiasta engañado o un ambicioso hipócrita." Testimonies, tomo 5, pág. 168.

"Cuando el principio celestial del amor eterno llena el corazón, fuirá hacia otros, no simplemente porque se reciben favores de parte de ellos, sino porque el amor es el principio de la acción, y modifica el carácter, gobierna los impulsos, controla las pasiones, subyuga la enemistad, y eleva los afectos....es el adorno celestial que confiere verdadera noblezay dignidad al alma." Our High Calling, pág. 175.

Continuará....