Wednesday, August 9, 2017

Cristo Trascience el Abismo del Pecado—Parte 2

En su humanidad, Él compredió todas las tentaciones que le vendrán al hombre. 
     Después de que Cristo fue colocado en la tumba, guardas romanos fueron puestos a todo el derredor para proteger su cuerpo. Pero un poderoso ángel de la corte celestial rompió las tinieblas en su camino, y descendió a donde el Hijo de Dios descansaba. Cuando su luz cayeron en tierra como muertos. Si la luz de un ángel hizo que los hombres cayeran a la tierra como si estuvieran muertos, Cristo no podía haber venido ni siquiera con esa gloria. Tomó la humanidad a fin de que nosotros, al participar de Su naturaleza, pudiéramos recibir la imagen de Jehová, y pudiéramos ser testigos ante los hombre y los ángeles, y ante todo el ejército de los poderes de las tinieblas, de la eficacia de un Salvador crucificado.
     La humildad marcó el sendero de Cristo desde el pesebre hasta la cruz. Fue un hombre en este pequeño átomo de mundo, sin embargo, venció el poder de Satanás y liberó a la humanidad de sus garras.  Él dijo: "El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos" [Lucas 4:18]. 
     Paso a paso Cristo descendió por el camino de la humildad, perseguido por el enemigo. No luchó contra "carne y sangre, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. " [Efesios 6:12]. Esta es nuestra obra, y por lo tanto se nos da la exhortación,"Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes." [verse 13]. En nuestra lucha estamos protegidos por los diez mandamientos. "Si sabéis estas cosas," Cristo dijo, " bienaventurados seréis si las hiciereis."
     Cristo entró en la tumba para que el hombre pudiera pasar a través de la tumba y resucitar con vida de resurrección. Él rompió las cadenas del sepulcro, y sobre el sepulcro abierto de José proclamó: "Yo soy la resurrección y la vida". Y cuando suene la última trompeta, el Mediador de la Vida abrirá  la prisión y los que han dormido en Cristo saldrán a una gloriosa inmortalidad.
      Cristo murió por los pecados del mundo para que pudiéramos tener la oportunidad de mostrar al universo la lealtad a Dios y a Su ley. Hoy Él está haciendo una expiación por nosotros ante el Padre. "Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo." (1 Juan 2: 1). Apuntando a las palmas de sus manos, traspasadas por la furia y el prejuicio de los hombres impíos, dice de nosotros: "Te he esculpido en las palmas de mis manos". El Padre se inclina en reconocimiento del precio pagado por la humanidad, y los ángeles se acercan a la cruz del Calvario con reverencia. Sermons And Talks, tomo 2, págs 112-113.

Concluirá.

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