Estudie la Palabra, que Dios en su sabiduría, amor y bondad
ha hecho tan simple y sencilla. El sexto capítulo de Juan nos dice lo que se
entiende por un estudio de la Palabra. Los principios revelados en las
Escrituras deben ser llevados a casa al alma. Debemos comer la Palabra de Dios,
es decir, no debemos apartarnos de sus preceptos. Debemos llevar sus verdades a
nuestra vida diaria, captando los misterios de la piedad.
Ore a Dios. Comuníquese con él. Demuestre la mente misma de
Dios, como aquellos que luchan por la vida eterna y como alguien que debe tener
un conocimiento de su voluntad. Puede revelar la verdad solamente como la
conoce en Cristo. Debe recibir y asimilar sus palabras; deben formar parte de
ustede mismo. Eso es lo que significa comer carne y beber la sangre del Hijo de
Dios. Debe vivir por medio de cada palabra que sale de la boca de Dios, es
decir, lo que Dios ha revelado. No todo ha sido revelado, no podríamos soportar
tal revelación. Pero Dios ha revelado todo lo que es necesario para nuestra
salvación. No debemos dejar su Palabra por las suposiciones de los hombres.
Obtenga un conocimiento experimental de Dios llevando el
yugo de Cristo. Él da sabiduría a los mansos y humildes, permitiéndoles juzgar
qué es la verdad, sacando a la luz el por qué y el por lo tanto, señalando los
resultados de ciertas acciones. El Espíritu Santo enseña al alumno de las
Escrituras a juzgar todas las cosas según ella norma de la justicia, la verdad
y la rectitud. La revelación divina le proporciona el conocimiento que
necesita....
Haga de la Biblia el hombre de tu consejo. Su conocimiento
de ella crecerá rápidamente si mantiene su mente libre de la basura del mundo.
Cuanto más estudie la Biblia, más profundo será su conocimiento de Dios. Las
verdades de su Palabra serán escritas en su alma, causando una impresión que no
puede ser borrada.
Estudie la Palabra, que Dios en su sabiduría, amor y bondad
ha hecho tan simple y llanamente. El sexto capítulo de Juan nos dice que (qué)
se entiende por un estudio de la Palabra. Los principios revelados en las
Escrituras deben ser llevados a casa al alma. Debemos comer la Palabra de Dios,
es decir, no debemos apartarnos de sus preceptos. Debemos traer sus verdades a
nuestra vida diaria, captando los misterios de la piedad.
No solo el estudiante mismo se beneficiará con un estudio de
la Palabra de Dios. Su estudio es vida y salvación para todos con quienes se
asocia. Sentirá una sagrada responsabilidad de impartir el conocimiento que
recibe. Su vida revelará la ayuda y la fuerza que recibe de la comunión con la
Palabra. La santificación del Espíritu se verá en pensamiento, palabra y obra.
Todo lo que dice y hace proclamará que Dios es luz y en Él no hay ningunas
tinieblas. De tales, el Señor Jesús puede decir que son "colaboradores de
Dios".
Loma Linda Messages, págs. 65-66.
Concluido.