Thursday, October 3, 2019

La Obediencia de Cristo Puede Ser Nuestra


[Las Escrituras cuentan] la historia tan importante que todo ser humano debe saber. Por un lado se presenta la desobediencia de Adán, con sus consecuencias; por el otro, la obediencia de Cristo. El Huerto del Edén fue deshonrado por la desobediencia de Adán; pero como por esa transgresión muchos fueron hechos pecadores, así como por la obediencia de Uno, muchos fueron hechos justos.

El mundo ha sido honrado con la presencia de un Hombre que fue total y completamente obediente: Uno que no solo creyó y enseñó las exigencias de la ley de Dios, sino que vivió la ley. Toda su vida fue una representación de sus santos principios. Su obediencia se manifestó en la terrible agonía que sufrió en el Huerto de Getsemaní; y a través de Su sufrimiento le ha traído el perdón a los desobedientes.

Cuando Cristo dio a sus discípulos las condiciones de la salvación, dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” La abnegación y las cruces se encuentran directamente en el camino de cada alma que seguirá a Jesús. Habrá oposición en contra de cada paso de nuestro avance hacia el cielo; porque Satanás vendrá de muchas maneras para extraviar, engañar y para revestir el pecado con la apariencia del bien. . .

Desearía istarle. . . Considere cuidadosamente la abnegación y el sacrificio de sí mismo que Cristo ha sufrido en su favor, para que usted, si lo elige, pueda tener esa felicidad y paz en esta vida que solo Él puede dar, y una eternidad de dicha en el más allá. Entonces, ¿no se convertirá en un misionero de Cristo? ¿No estará dispuesto a negarse a sí mismo por Él? ¿Considerará cómo puede servirle a Él, quién ha hecho un servicio tal por usted al redimir su alma del poder del pecado y de Satanás? Cuando estaba en la tierra, Cristo dijo de sí mismo: “yo estoy entre vosotros como el que sirve”. No se esforzó por obtener el lugar más elevado; porque era manso y humilde de corazón. Le invita a que aprenda de Él, a que lleves Su yugo, el yugo de la obediencia a todo precepto de Jehová.

Youth’s Instructor, 1 de abril del 1897.
Concluido.


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