Tuesday, May 11, 2021

Las Condiciones Para la Oración Que Prevalece


Cuando Jesús estaba en la tierra, le enseñó a sus discípulos a orar. Les dirigió a presentar sus necesidades diarias a Dios y a echar toda su ansiedad sobre Él. Y la seguridad que les dio de que sus peticiones serían oídas, es también una seguridad para nosotros.

Una de las primeras cosas necesarias a fin de que nuestras oraciones sean contestads, es sentir la necesidad de la ayuda divina. Podemos ir a Él tal como somos, impotentes, destituidos y necesitados, y Él no nos enviará vacíos. las riquezas del universo le pertenece a Dios, suyos son todos los tesoros temporales y espirituales. Puede suplir todas nuestras necesidades. Puede suplir todas nuestras necesidades a partir de su completa abundancia. Recibimos nuestro aliento de Él, cada bendición de la naturaleza que disfrutamos son una expresión de su amor. De igual manera dependemos de Él para ls bendiciones espirituales, para recibir gracia, sabiduría y fortaleza para hacer la voluntad de Dios. Y Él está más dispuesto a darle su Santo Espíritu a los que se lo piden que los padres  darle buenas dádivas a sus hijos.

Nuestra gran necesidad es por sí misma un argumento, y ruega de manera muy elocuente en nuestro favor. Pero hay que buscar al Señor  para que haga por nosotros lo que deseamos. ¡Cuán vergonzosamente ha sido tratado Jesús! Nos está invitando, urgiéndonos a ir a Él para la ayuda misma que necesitamos, pero demasiado a menudo, sus invitaciones son rechazadas, la ayuda que ofrece, desechadas....

Existe la necesidad de la diligencia en la oración; que nada le estorbe. Obtendrá la bendición que desea si no desmaya. Mantenga sus deseos, sus alegrías, sus tristezas, sus preocupaciones y sus temores ante Dios. No puede abrumarlo; no puede cansarlo. El que cuenta los cabellos de su cabeza, que nota la caída de un gorrión, no es indiferente a las necesidades de su pueblo. "El Señor es muy compasivo y misericordioso". Él se ve afectado por nuestros dolores, y hasta por nuestra expresión de ellos. Llévele todo lo que desconcierta la mente. Nada es demasiado grande para que él lo soporte; porque sostiene mundos; él gobierna sobre todos los asuntos del universo. Nada es demasiado pequeño para que él lo note si de alguna manera perturba nuestra paz. No hay ningún capítulo de nuestra experiencia que sea demasiado oscuro para que él lo lea; no hay ninguna perplejidad que sea demasiado dolorosa para que él la desenrede. Ninguna calamidad puede sobrevenir al más pequeño de su pueblo, ninguna ansiedad atormenta el alma, ningún gozo alegra, ninguna oración sincera y contrita escapa de los labios, la cual nuestro Padre celestial no observe, o en la que no tome un interés inmediato. "El sana a los quebrantados de corazón,Y venda sus heridas". Signs of the Times, 21 de 1884.

 

No comments:

Post a Comment