Wednesday, June 15, 2022

Luche Por Una Herencia Celestial

 

Dios le prometió a Abraham, y a su simiente después de él, que tendrían posesiones y tierras, y sin embargo eran solo extranjeros y peregrinos. La herencia y las tierras que se darán no solo a Abraham sino a los hijos de Abraham no se darán hasta después de que esta tierra sea purificada. Abraham entonces recibirá el título de su finca, sus posesiones; y los hijos de Abraham tendrán título sobre sus bienes. Cada uno de nosotros debería tener presente constantemente que esta tierra no es nuestra morada, sino que debemos tener una herencia en la tierra nueva. La destrucción de Sodoma y Gomorra simboliza cómo este mundo será destruido por el fuego. No es seguro para ninguno de nosotros construir nuestras esperanzas en esta vida. Primero queremos buscar el reino de Dios y su justicia. . . .

 Sodoma y Gomorra eran como el Jardín del Edén. El Señor había derramado Sus bendiciones sobre esa porción de la tierra. Todo era hermoso; todo era bonito; y, sin embargo, no llevó a la gente a honrar al Dador. Cuando el Señor hizo llover fuego y azufre del cielo para consumir a Sodoma y Gomorra, ¡qué desolación! ¡Con qué facilidad el soplo de Dios podía convertir esa hermosa localidad en un lugar antiestético!

Hubo una lección en esa destrucción de Sodoma para los que vivieron en los días de Cristo, y el mensaje llega hasta nuestros días. [Véase Mateo 11:20-24.] Podemos ver que su culpa se medía según la proporción de la luz que brillaba sobre ellos. Y esa es una lección para cada uno de nosotros a quienes Dios ha abierto la preciosa luz de la verdad. . . .

Puede sentir que ha aceptado la verdad, que la entiende, y puede detenerse allí y no ir más allá. Una cosa es aceptar y retener la verdad, y otra cosa es tener la verdad tal como es en Jesús. Mientras están ocupados en el trabajo, mientras sus manos y mentes están ocupadas en hacer un trabajo útil, hay una necesidad de meditación, reflexión y oración ferviente. Desea que esa luz que desciende del cielo haga algo por usted. Quiere esa fe que se representa como oro. Desea cultivar el amor de Jesús en su corazón, y quiere tener presente que los mismos ángeles que se aparecieron a Abraham y a Lot puedan estar a su alrededor, aunque no los vea.  —Manuscript 19a, 1886.

 

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