Tuesday, June 13, 2023

Vida al Alma

 


El que busque saciar su sed en las fuentes de este mundo, volverá a beber para tener sed. En todas partes los hombres están insatisfechos. Anhelan algo que supla la necesidad del alma. Sólo Uno puede satisfacer ese deseo. La necesidad del mundo, "el Deseado de todas las naciones", es Cristo. La gracia divina que sólo Él puede impartir, es como agua viva, que purifica, refresca y fortalece el alma.

Jesús no transmitió la idea de que simplemente un trago del agua de vida sería suficiente para el receptor. El que gusta del amor de Cristo anhelará continuamente más; pero busca otra cosa. Las riquezas, los honores y los placeres del mundo no le atraen. El clamor constante de su corazón es, Más de Ti. Y Aquel que revela al alma su necesidad está esperando para saciar su hambre y su sed. Todo recurso humano y dependencia fallará. Las cisternas se vaciarán, los estanques se secarán; pero nuestro Redentor es una fuente inagotable. Podemos beber, y beber de nuevo, y cada vez encontrar un nuevo suministro. Aquel en quien mora Cristo tiene en sí mismo la fuente de la bendición. . . . De esa fuente puede sacar la fuerza y la gracia suficientes para todas sus necesidades.

El que bebe del agua viva se convierte en fuente de vida. El receptor se convierte en dador. La gracia de Cristo en el alma es como un manantial en el desierto, que brota para refrescar a todos, y hace que los que están a punto de perecer estén deseosos de beber del agua de la vida.

El agua a la que Cristo se refirió fue la revelación de Su gracia en Su Palabra. . . . La presencia de la gracia de Cristo en Su Palabra está siempre hablando al alma, representándolo como la fuente de agua viva para refrescar a los sedientos. Es nuestro privilegio tener un Salvador vivo y permanente. Él es la fuente del poder espiritual implantado dentro de nosotros, y Su influencia fluirá en palabras y acciones, refrescando a todos dentro de la esfera de nuestra influencia, engendrando en ellos deseos y aspiraciones de fuerza y pureza, de santidad y paz, y de ese gozo que no trae consigo tristeza. Ese es el resultado de un Salvador que mora en nosotros. God's Amazing Grace, pág. 119.


 

No comments:

Post a Comment