El Creador del universo se dirige a ustedes como un Padre afectuoso...Su Padre celestial se propone hace de ustedes miembros de la familia real, para que por medio de Sus preciosas y grandísimas promesas puedan ser partícipes de la naturaleza divina... Cuanto más participen del carácter de los ángeles puros y sin pecado, y de Cristo su Redentor, más vívidamente llevarán la impresión de lo divino, y más débil será la semejanza con el mundo.
"Yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas..." ¡Qué promesa se hace aquí bajo la condición de obediencia!... Él promete ser un Padre para ustedes . ¡Oh, qué relación es esta! más elevada y más santa que cualquier lazo terrenal. Si hacen el sacrificio, si tienen que abandonar a su padre, madre, hermanas, hermanos, esposa e hijos por causa de Cristo, no se quedarán sin amigos. Dios le adopta en Su familia; se hacen miembros de la casa real, hijos e hijas del Rey que gobierna en el cielo de los cielos.
Si llaman a Dios su Padre, reconocen que son hijos suyos, para ser guiados por su sabiduría, y ser obedientes en todo, sabiendo que su amor es inmutable. Aceptarán Su plan para su vida. Como hijos de Dios, tendrán Su honor, Su carácter, Su familia, Su obra, como los objetos de su mayor interés. Será su gozo reconocer y honrar su relación con su Padre y con cada miembro de su familia.
Dios es nuestro Padre, un padre tierno, solícito para con sus hijos espirituales. Está comprometido a ser el protector, consejero, guía y amigo de todos los que le son obedientes. Sons and Daughters of God, pág. 14.
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