Monday, July 12, 2010
La Multitud Mixta--Parte 2
“Después de tres días de viaje, se oyeron quejas. Estas se originaron entre la turba mixta que abarcaba a mucha gente que no estaba completamente unida a Israel, sino que se mantenía siempre alerta para notar cualquier motivo de crítica. A los quejosos no los satisfacía la dirección que se seguía en la marcha, y constantemente censuraban la manera en que Moisés los dirigía, aunque sabían que, como ellos mismos, él seguía la nube orientadora. El desafecto es contagioso y pronto cundió por todo el campamento.” Patriarcas y Profetas pág. 395.
Su amarga crítica del liderazgo del movimiento, al cual querían dirigir, los llevó a empezar movimientos separados, de los cuales hubo muchos, pero todos pronto se redujeron a nada.
La Apostasía al Pie del Sinaí
La primera gran apostasía del movimiento del Éxodo fue al pie del Monte Sinaí. “Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón; y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová. Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz, y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a regocijarse.” Éxodo 32:1–6.
Esta apostasía tuvo lugar mientras Moisés estaba en el monte y se originó con la multitud mixta. “La ausencia de Moisés fue para Israel un tiempo de espera e incertidumbre. . . . Durante este periodo de espera, tuvieron tiempo para meditar acerca de la ley de Dios que habían oído, y preparar sus corazones para recibir las futuras revelaciones que Moisés pudiera hacerles. Pero no dedicaron mucho tiempo a esta obra. Si se hubieran consagrado a buscar un entendimiento más claro de los requerimientos de Dios, y hubieran humillado sus corazones ante él, habrían sido escudados contra la tentación. Pero no obraron así y pronto se volvieron descuidados, desatentos y licenciosos. Esto ocurrió especialmente entre la ‘multitud mixta’. Sentían impaciencia porseguir hacia la Tierra Prometida, que fluía leche y miel. . . . Algunos sugirieron el regreso a Egipto; pero ya fuera para seguir hacia Canaán o para volver a Egipto, la masa del pueblo resolvió no esperar más a Moisés.
“Sintiéndose desamparados debido a la ausencia de su jefe, volvieron a sus antiguas supersticiones. La ‘multitud mixta’ fue la primera en entregarse a la murmuración y la impaciencia, y de su seno salieron los cabecillas de la apostasía que siguió.” Patriarcas y Profetas, pág. 326.
Quejándose de la Dieta
“Y la gente extranjera que se mezcló con ellos se dejó llevar de su apetito, y los hijos de Israel también volvieron a sus llantos y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos. . . . Y oyó Moisés al pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la ira de Jehová se encendió en gran manera; también le pareció mal a Moisés.” Números 11:4–6, 10.
A la multitud mixta no le agradaron los principios de la reforma pro salud que el Señor le había dado al movimiento del Éxodo, y ansiaron la dieta que habían tenido en Egipto. Le recordaron a los israelitas lo que habían tenido para comer en Egipto y ellos también empezaron a quejarse del alimento que Dios les había dado.
“Nuevamente comenzaron a clamar pidiendo carne para comer. A pesar de que se les había suministrado maná en abundancia, no estaban satisfechos. Durante su esclavitud en Egipto, los israelitas se habían visto obligados a sustentarse con una alimentación común y sencilla, pero su apetito aguzado por las privaciones y el trabajo rudo la encontraba sabrosa. Pero muchos de los egipcios que estaban ahora entre ellos, estaban acostumbrados a un régimen de lujo; y éstos fueron los primeros en quejarse.” Patriarcas y Profetas, pág. 395. Por consiguiente, la “multitud mixta” estaba compuesta de egipcios que estaban “entre” los israelitas.
Continuará. . .
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