Monday, July 19, 2010

La Multitud Mixta---Parte 3


En las Afueras del Campamento
“Los hijos de Israel acamparán cada uno junto a su bandera, bajo las enseñas de las casas de sus padres; alrededor del tabernáculo de reunión acamparán. . . . Luego irá el tabernáculo de reunión, con el campamento de los levitas, en medio de los campamentos en el orden en que acampan; así marchará cada uno junto a su bandera.” Números 2:2, 17.
“No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque forastero fuiste en su tierra. Los hijos que nazcan de ellos, en la tercera generación entrarán en la congregación de Jehová” Deuteronomio 23:7–8.
“A la ‘multitud mixta’ que había acompañado a Israel desde Egipto no se le permitía ocupar los mismos cuarteles que las tribus, sino que había de habitar en las afueras del campamento; y sus hijos habían de quedar excluidos de la comunidad hasta la tercera generación.” Patriarcas y Profetas, pág. 392
“En cierta ocasión el hijo de una israelita y un egipcio, uno de los miembros del populacho mixto que había salido de Egipto con Israel, abandonando la parte del campamento que le era asignada, entró en la de los israelitas y aseveró tener derecho a levantar su tienda allí. La ley divina se lo prohibía, pues los descendientes de un egipcio estaban excluidos de la congregación hasta la tercera generación. Se entabló una disputa entre él y un israelita, y habiéndose presentado el asunto a los jueces, el fallo fue adverso al transgresor.” Patriarcas y Profetas, págs. 431–32; véase también Levítico 24:10–23.

El Movimiento Adventista“Pero de los más de ellos no se agradó Dios, pues quedaron tendidos en el desierto. Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a divertirse. Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil. Ni provoquemos al Señor, como también algunos de ellos le provocaron y perecieron mordidos por las serpientes. Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron víctimas del Exterminador. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y fueron escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.” 1 Corintios 10:5–11.
El movimiento adventista enfrenta las mismas tentaciones y peligros, y por lo tanto, es también afligido con una multitud mixta. ¿Quiénes son estos? Deben ser los murmuradores, los quejosos, los críticones, los idólatras, los fornicarios y el elemento mundano que siempre está deseando las cosas del mundo y las ollas de Babilonia. Son los que no están convertidos y los que se encuentran convertidos a medias, quienes tienen la teoría de la verdad sin la experiencia de la justificación. Son babilonios, o en el mejor de los casos, son solamente cristianos a medias y mundanos a medias; mitad israelitas y mitad egipcios. Siguen al Señor “de lejos” y permanecen en las afueras del campamento. Este elemento mundano siempre está buscando traer a la iglesia los placeres y las normas mundanales. Les parece imposible distinguir entre el bien y el mal; entre lo que es apropiado y lo que es inapropiado para el cristiano. Su espiritualidad está en el punto más bajo y sus estandartes se arrastran en el polvo.
Quejándose de la Dieta

La multitud mixta en el Israel moderno ha mantenido el movimiento vagando por el desierto del pecado. Han reprimido las bendiciones de la lluvia temprana y la tardía y han demorado la venida de Cristo. Son los líderes y los seguidores en los movimientos aislados y en las apostasías, de los cuales han habido muchos y van a haber muchos más. Cometen las abominaciones en la iglesia sobre las cuales los fieles van a estar gimiendo y clamando cuando el sello de Dios sea impreso. Ellos son las “vírgenes fatuas” y el “siervo malo” [quienes dicen en sus corazones]: “Mi Señor tarda en venir”, Mateo 24:48 y por lo tanto, se vuelven descuidados y mundanos. Son un peligro para el progreso del movimiento y deben ser mantenidos en las afueras del campamento y no se les debe permitir controlar la iglesia, componer el liderazgo o ejercer dominio sobre éste. Son ciertamente “una gran mezcla” de “extraños” en Sión.
Continuará. . .

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