Bodas en el Lugar Santísimo
La Parábola de las Diez Vírgenes
"Mientras Cristo estaba sentado mirando el grupo que esperaba al esposo, contó a sus discípulos la historia de las diez vírgenes, para ilustrar con ese suceso la experiencia de la iglesia que viviría precisamente antes de su segunda venida.
"Las dos clases de personas que esperaban representan dos clases que profesan estar esperando a su Señor. Se las llama vírgenes porque profesan una fe pura. Las lámparas representan la Palabra de Dios. El salmista dice: 'Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino'. [Salmo 119: 105.] El aceite es un símbolo del Espíritu Santo. Así se representa el Espíritu en la profecía de Zacarías. 'Volvió el ángel que hablaba conmigo —dijo—, y despertóme como un hombre que es despertado de su sueño. Y díjome: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelero todo de oro, con su vaso sobre su cabeza, y sus siete lámparas encima del candelero; y siete canales para las lámparas que están encima de él; y sobre él dos loivas, la una a la derecha del vaso, y la otra a su izquierda. Proseguí y hablé a aquel ángel que hablaba conmigo, diciendo: ¿Qué es esto, Señor mío? ...Entonces respondió y hablóme, diciendo: Esta es la palabra de Jehová a Zorobabel, en que se dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos...Hablé de nueveo y díjele: ¿Qué significan las dos ramas de olivas, que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro? ...Y él dijo: Estos dos hijos de aceite son los que están delante del Señor de toda la tierra.'
"Procedente de las dos olivas, corría el áureo aceite por los tubos hacia el recipiente del candelero, y luego hacia las lámparas de oro que iluminaban el santuario. Así también de los seres santos que están en la presencia de Dios, su Espíritu es impartido a los instrumentos humanos que están consagrados a su servicio. La misión de los dos ungidos es comunicar al pueblo de Dios que sólo la gracia celestial puede hacer de su Palabra una lámpara para los pies y una luz para el sendero. 'No con ejército ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos'. [Zacarías 4:6.]" Palabras de Vida del Gran Maestro, págs. 336–337.
Continuará. . .