Tuesday, March 22, 2016

La Armadura de Dios —Parte 15



La armadura de Dios
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos." Efesios 6:10-18.

En los tiempos del Nuevo Testamento las puntas de las flechas a menudo se envolvan en trozos de tela que habían sido empapadas en betún. Justo antes de la flecha se disparara, la punta se encendía en llamas y el misil se disparaba a las tropas enemigas. El betún  ardía intensamente, y al tener contacto con su blanco desprendía llamas salpicando los alrededores con chispas de fuego, encendiendo todo lo que era inflamable en su camino. Además de perforar el cuerpo de una persona, tales flechas infligían quemaduras graves en los soldados enemigos y destruían su ropa y su equipo. La protección más segura contra esos dardos de fuego eran los thureos o escudos que los soldados cargaban. Su cubierta de metal o cuero tratado de manera especial para aislar contra el fuego, servía bien para desviarlas o extinguirlas. De igual manera, el escudo de la fe y la oración importuna, tienen el poder de escudarnos contra los dardos de fuego del maligno.

Continuará...

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