Hubo hombres que trabajaron antes de mí, construyendo
humildes casas de culto. Aquellos recién llegados a la fe estaban ayudando con
manos dispuestas, y aquellos que tenían medios estaban ayudando con sus medios.
Se estaba haciendo preciamente lo que debeía haber sido hecho hace años. Vi la
obra avanzando. En el sótano de la iglesia, sobre el suelo, se proporcionaba
una sala para una escuela donde los niños podían ser educados. Los maestros fueron
seleccionados para ir a ese lugar; los números en la escuela no eran grandes,
pero fue un comienzo feliz. Oí los cánticos de los hijos y de los padres:
"Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican, si
el Señor no guarda la ciudad, el vigía vela sólo en vano". "Alaba al
Señor, oh alma mía, mientras yo viva, alabaré a Jehová, y cantaré alabanzas a mi
Dios mientras tenga vida: no confíes en los príncipes ni en el hijo del hombre,
en quien no hay ayuda ". "Alabad al Señor desde los cielos: Alabadle
en las alturas, Alabadle, todos sus ángeles: Alabadle, todos sus ejércitos.
Alabadle, sol y luna: Alabadle todas los astros de luz."
Los grupos que se levanten necesitarán un lugar de culto. Necesitarán
escuelas tener un lugar donde la instrucción bíblica se pueda dar a los niños.
La escuela es necesaria tanto como el edificio de la iglesia es necesario. El
Señor tiene hombres preparados para dedicarse a la obra tan pronto como se haga
algo para preparar el camino para ellos.
The Advocate, 1 de marzo de 1899.
Concluido.
No comments:
Post a Comment