Thursday, September 28, 2017

Tesoro Inestimable


Cuando Cristo comparó el reino de los cielos con una perla de gran precio, deseó que cada alma apreciara esa perla por encima de todo. La posesión de la perla, que significa la posesión de Cristo como un Salvador personal, es un símbolo de [posesión de] las más altas riquezas. Es un tesoro sobre todo tesoro terrenal. . . .
     Hay algunos que están buscando, siempre buscando, la perla de gran precio. Pero no hacen una entrega total de sus hábitos erróneos. No morirán a sí mismos para que Cristo viva en ellos. Por lo tanto no encuentran la perla preciosa. . . . Nunca saben lo que es tener paz y armonía en el alma; porque sin la entrega total de sí mismos no hay reposo, ni alegría. Casi cristianos, aunque no totalmente cristianos, parecen estar cerca del reino de los cielos, pero no pueden entrar allí. Casi, pero no totalmente salvados, significa estar completamente perdidos. . . .
     En la parábola se representa al comerciante como vendiendo todo lo que tenía para adquirir posesión de una perla de gran precio. Esta es una bella representación de aquellos que aprecian la verdad tan altamente que renuncian a todo lo que tienen para llegar a entrar en posesión de ella. Se aferran a la fe de la salvación provista para el hombre en el sacrificio del Hijo unigénito de Dios. La justicia de Cristo, como una perla pura y blanca, no tiene defecto, ni culpa, ni mancha. Ninguna obra del hombre puede mejorar las grandes y preciosas verdades de la Palabra de Dios. No son una mezcla de verdad y error. Están sin un defecto. . . .
     Cristo está listo para recibir a todos los que vienen a Él con sinceridad. Pero no tolerará una partícula de fingimiento o hipocresía. Él es nuestra única esperanza. Es nuestro Alfa y Omega. Es nuestro sol y nuestro escudo, nuestra sabiduría, nuestra santificación, nuestra justicia. Sólo por medio de Su poder pueden nuestros corazones ser guardados diariamente en el amor de Dios. . . .

     La salvación, con sus tesoros inestimables, comprados por su sangre, es la perla de gran precio. Se puede buscar y encontrar. Pero todos los que realmente la encuentran venden todo lo que tienen para comprarla. In Heavenly Places, pág. 49.

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