El que le ha dado la vida conoce tu necesidad de alimento para sostenerla. El que creó el cuerpo no olvida su necesidad de vestimenta. ¿El que ha otorgado el mayor don también otorgará lo necesario para completarlo?
Jesús señaló las aves del cielo a sus oyentes mientras gorjeaban sus cantos de alabanza, libres de pensamientos de cuidado, porque " no siembran, ni siegan "; y sin embargo, el gran Padre provee para sus necesidades. Y Él pregunta: " ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?"
"Ningún gorrión cae sin su cuidado,
Ningún alma se encorva hasta la tierra sin que Jesús lo sepa;
Porque Él está con nosotros en todas partes,
Y marca cada amarga lágrima que fluye.
Y Él nunca, nunca, nunca
Abandona al alma que confía en Él. "...
La ley de Dios es la ley del amor. Él le ha rodeado de belleza para enseñarle que no está en la tierra simplemente para ahondar en ti mismo, para cavar y construir, para trabajar e hilar, sino para hacer que la vida sea brillante, feliz y hermosa mediante el amor de Cristo, como el flores, para alegrar otras vidas por medio del ministerio del amor.
Padres y madres, permitan que sus hijos aprendan de las flores. Llévenlos consigo al jardín y al campo y debajo de los frondosos árboles, y enséñenles a leer en la naturaleza el mensaje del amor de Dios. Dejen que los pensamientos acerca de Él se relacionen con el pájaro, la flor y el árbol. Guíen a los niños a ver en cada cosa agradable y hermosa una expresión del amor de Dios por ellos. Recomienden su religión a causa de su amabilidad. Dejen que la ley de la bondad esté en tus labios.
Enseñen a los niños que debido al gran amor de Dios, sus naturalezas pueden ser cambiadas y puestas en armonía con la suya. Enséñenles que Él haría que sus vidas sean hermosas con la gracia de las flores. Enséñenles, mientras recogen las dulces flores, que el que hizo las flores es más hermoso que ellas. Por ese medio, los zarcillos de sus corazones estarán entrelazados alrededor de Él. Aquel que es "todo él codiciable" se convertirá para ellos en un compañero diario y un amigo familiar, y sus vidas se transformarán en la imagen de su pureza.
[Dios] adornaría a nuestros caracteres con su propia rica gracia. Él desearía que nuestras palabras fueran tan fragantes como las flores del campo. Review and Herald, 19 de mayo del 1896.
Concluido.
Wednesday, November 29, 2017
Monday, November 20, 2017
La Moneda Perdida—Parte 2
Esta parábola contine una lección para las familias. En el hogar hay a mnudo una gran falta de cuidado con respecto a las almas de sus miembros. Entre su número puede que haya uno que está apartado de Dios; pero cuán poca ansiedad se siente de que se pueda perder en la relación familiar, uno de los dones que Dios ha confiado.
La moneda, aunque stando entre el polvo y la basura, todavía es una pieza de plata. Su dueña la busca porque tiene valor. De igual manera cada alma, no importa cuán degradada esté por el pecado, es considerada preciosa a la vista de Dios. Como la moneda lleva la imagen y el nombre del poder reinante, de igual modo el hombre lleva la imagen y el nombre de Dios; y aunque ahora está dañada y apagada causa de la influencia del pecado, rastros de esa inscripción todavía permanecen sobre el alma. Dios desea recuperar esa alma, y volver a trazar sobre ella Su propia imagen en justicia y sandidad.
La mujer en la parábola busca diligentemente la moneda perdida. Enciende un candil y barre la casa. Remueve todo lo que puede obstruir su búsqueda. Auqneu solamente una pieza está perdida, ella no cesa sus esfuerzos hasta que encuantra la pieza. De igual manera en la familia, si hay un miembro que está perdido para Dios, se deben emplear todos los medios para su recuperación. Por parte de todos los demás, debe haber un examen de conciencia diligente y cuidadoso. Deje que la práctica de la vida sea investigada. Haya la seguridad de que no hay ningún error, algún error en el trato, por el cual esa alma se ha confirmado en la impenitencia.
Si hay en la familia un hijo que no tiene conciencia de su estado pecaminoso, los padres no deben descansar. Que el candil sea encendido. Escudríñese la Palabra de Dios, y por medio de su luz que todo en el hogar sea examinado diligentemente, para ver por qué ese hijo se pierde. Que los padres busquen en sus propios corazones, examinen sus hábitos y prácticas. Los hijos son herencia del Señor, y somos responsables ante Él por nuestra administración de Su propiedad.
Hay padres y madres que anhelan trabajar en algún campo misionero extranjero; hay muchos que están activos en el trabajo cristiano fuera del hogar, mientras que sus propios hijos son extraños a Cristo y a su amor. El trabajo de ganar a sus hijos para Cristo muchos padres confían al ministro o al maestro de la escuela sabática; pero al hacer eso están descuidando su propio elevado privilegio y la responsabilidad más sagrada. ¿Qué corazón humano puede sentir por sus hijos un amor más profundo o más tierno que el del padre o la madre? ¿Quién está tan familiarizado con sus necesidades y sus peligros? ¿Quién está tan bien preparado para señalar a sus hijos a Cristo como su Salvador que perdona el pecado? Esa es la obra a la cual Dios los ha designado.
Con sus propios corazones cálidos con el amor de Cristo, los padres deben hablarle a sus hijos de Su amor. Que trabajen y oren por esas almas por las cuales Cristo murió.
La lección de fe y trabajo perseverante que Cristo mismo nos la ha enseñado. En la parábola de la oveja perdida, Él no ha presentado a nuestra imaginación la imagen de un pastor entristecido que regresa sin las ovejas. La búsqueda del pastor no cesa hasta que el perdido vuelve al redil. La mujer cuya moneda está perdida busca hasta que la encuentra. Esas parábolas no hablan de fracaso sino de éxito y alegría en la recuperación de los perdidos. Aquí está la garantía divina de que no se pasa por alto ni un alma perdida, ni uno se deja sin socorro. Con todos nuestros esfuerzos en la búsqueda de los perdidos, Cristo cooperará. Luego, con amor, fe y oración, que los padres trabajen por sus hogares, hasta que con alegría puedan acercarse a Dios diciendo: " He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová".
Australasian Union Conference Record, 1 de julio del 1900.
Concluido.
Wednesday, November 15, 2017
La Moneda Perdida—Parte 1
"¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una
dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta
encontrarla?" [Lucas 15:8.]
En el oriente, las casas de los pobres solían consistir en
una sola habitación, a menudo sin ventanas y oscura. La habitación raramente se
barría, y una moneda que caía al suelo se cubría rápidamente con el polvo y la
basura. Para que se pudiera encontrar, incluso durante el día, se debía
encender una lámpara y se debía barrer la casa diligentemente.
La dote matrimonial de la
esposa usualmente consistía en monedas, que ella cuidadosamente conservaba como
su posesión más preciada, para ser transmitidas a sus propias hijas. La pérdida
de una de esas piezas era considerada como una grave calamidad, y su
recuperación causaba un gran regocijo, el cual las mujeres vecinas compartirían
fácilmente. "Y cuando la encuentra," dijo Cristo, "reúne a sus amigas y vecinas,
diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. Así
os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se
arrepiente".
La moneda perdida representa a
aquellos que están perdidos en sus transgresiones y pecados, pero que no tienen
ningún sentido de su condición. Están alejados de Dios, pero no lo saben. Sus
almas están en peligro, pero están inconscientes y despreocupadas. En esta
parábola, Cristo enseña que aun aquellos que son indiferentes a los reclamos de
Dios, son el objeto de su compasivo amor. Deben ser buscados, para que puedan
ser devueltos a Dios.
La pieza de plata se perdió en
la casa. Estaba cerca, pero solo se podía recuperar mediante una búsqueda
diligente. Australasian Union Conference Record, 1 de julio del 1900.
Continuará...
Friday, November 10, 2017
El Amor Cura Muchas Heridas
Desde el punto de vista cristiano, el amor es poder. La
fuerza intelectual y espiritual están involucradas en este principio. El amor
puro tiene una eficacia especial para hacer el bien, y no puede hacer nada sino
el bien. Previene la discordia y la miseria y trae la felicidad más verdadera.
La riqueza a menudo es una influencia para corromper y destruir; la fuerza es
fuerte para hacer daño; pero la verdad y la bondad son las propiedades del amor
puro.
Un hombre en paz con Dios y sus semejantes no puede ser
miserable. La envidia no estará en su corazón; la conjetura malvada no
encontrará lugar allí; el odio no puede existir El corazón en armonía con Dios
se eleva por encima de las molestias y pruebas de esta vida.
Lo que Satanás planta en el corazón evidias, —los celos, las
conjeturas malvadas, el hablar mal de otros, la impaciencia, los prejuicios, el
egoísmo, la codicia y la vanidad— debe ser desarraigado. Si se permite que
estas cosas malignas permanezcan en el alma, darán fruto por el cual muchos
serán contaminados. ¡Oh, cuántos cultivan las plantas venenosas, que matan los
preciosos frutos del amor y contaminan el alma!
Solo el amor que fluye del corazón de Cristo puede sanar.
Sólo Él en quien fluye ese amor, así como la savia en el árbol o la sangre en
el cuerpo, puede restaurar el alma herida.
Las agencias del amor tienen un poder maravilloso, ya que
son divinas. La blanda respuesta que "quita la ira", el amor que
"es sufrido, es benigno", la caridad que "cubre una multitud de
pecados", si aprendiéramos la lección, ¡con qué poder para la curación
nuestras vidas serían dotadas! ¡Cómo se transformaría la vida y la tierra se
asemejaría y anticiparía al cielo! Our Father Cares, pág. 50.
Concluido.
Thursday, November 2, 2017
La Obediencia es el Precio
La pregunta que el escriba le hizo a Cristo fue una de
consecuencias vitales. Los fariseos que habían incitado al escriba a hacer esa
pregunta esperaban que el Señor Jesús respondiera de tal manera que pudieran
encontrar algo en contra de Él con que pudieran acusarlo y condenarlo ante la
gente. La serenidad de Cristo, la sabiduría y la autoridad por la que habló,
fue algo que no pudieron interpretar.
Cuando el
escriba hizo a esa pregunta, Cristo sabía que la sugerencia provenía de sus
enemigos más acérrimos, quienes estaban tendiéndole una trampa para atraparlo
en sus palabras. El Señor Jesús respondió a la pregunta colocando la carga
sobre el escriba para que respondiera a su propia pregunta ante la multitud.
"¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? Aquél, respondiendo, dijo:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas
tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Y le dijo:
Bien has respondido; haz esto, y vivirás." (Lucas 10:26-28). La obediencia
a los mandamientos de Dios es el precio de la vida eterna.
Hay una obra muy
amplia y profunda que debe hacer por la humanidad caída. Esa es la verdadera
interpretación de la conversión genuina. La ley del Señor es perfecta, que
convierte el alma. La respuesta a esa pregunta, dada por el doctor de la ley,
comprende todo el deber del hombre que busca la vida eterna. El abogado no pudo
evadir la pregunta que de una manera
tan directa y deliberada expresaba las condiciones para obtener la vida eterna.
Comprendió su significado, y la necesidad de responder a las exigencias de la
ley de amar a Dios por encima de todo, y a su prójimo como a sí mismo. Sabía que
no había hecho ninguna de esas cosas, y la convicción de su negligencia en
obedecer los primeros cuatro mandamientos y los últimos seis mandamientos
claramente especificados en las palabras de los santos oráculos de Dios fue
impresionada por el Espíritu Santo sobre su corazón. Se vio a sí mismo pesado
en las balanza del santuario y encontrado falto. No había servido a Dios de una
manera suprema, porque no lo había amado por encima de todo, con todo su
corazón, con toda su alma, y con toda su fuerza, y con toda su mente. Al
carecer decididamente de este requisito de la ley de Jehová, fracasó
decididamente en amar a su prójimo como a sí mismo.
Por lo
tanto, ante la multitud él mismo había dado en palabras concisas las
condiciones evangélicas de la vida eterna para cada miembro de la familia
humana, que está delante de Dios hoy.—Manuscript 45, July 26, 1900, "What
Is the Chaff to Wheat?"Concluido.
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