Wednesday, November 29, 2017

Él Provee Para Nuestras Necesidades

El que le ha dado la vida conoce tu necesidad de alimento para sostenerla. El que creó el cuerpo no olvida su necesidad de vestimenta. ¿El que ha otorgado el mayor don también otorgará lo necesario para completarlo?

Jesús señaló las aves del cielo a sus oyentes mientras gorjeaban sus cantos de alabanza, libres de pensamientos de cuidado, porque " no siembran, ni siegan "; y sin embargo, el gran Padre provee para sus necesidades. Y Él pregunta: " ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?"

"Ningún gorrión cae sin su cuidado,
Ningún alma se encorva hasta la tierra sin que Jesús lo sepa;
Porque Él está con nosotros en todas partes,
Y marca cada amarga lágrima que fluye.
Y Él nunca, nunca, nunca
Abandona al alma que confía en Él. "...

 La ley de Dios es la ley del amor. Él le ha rodeado de belleza para enseñarle que no está en la tierra simplemente para ahondar en ti mismo, para cavar y construir, para trabajar e hilar, sino para hacer que la vida sea brillante, feliz y hermosa mediante el amor de Cristo, como el flores, para alegrar otras vidas por medio del ministerio del amor.

Padres y madres, permitan que sus hijos aprendan de las flores. Llévenlos consigo al jardín y al campo y debajo de los frondosos árboles, y enséñenles a leer en la naturaleza el mensaje del amor de Dios. Dejen que los pensamientos acerca de Él se relacionen con el pájaro, la flor y el árbol. Guíen a los niños a ver en cada cosa agradable y hermosa una expresión del amor de Dios por ellos. Recomienden su religión a causa de su amabilidad. Dejen que la ley de la bondad esté en tus labios.

Enseñen a los niños que debido al gran amor de Dios, sus naturalezas pueden ser cambiadas y puestas en armonía con la suya. Enséñenles que Él haría que sus vidas sean hermosas con la gracia de las flores. Enséñenles, mientras recogen las dulces flores, que el que hizo las flores es más hermoso que ellas. Por ese medio, los zarcillos de sus corazones estarán entrelazados alrededor de Él. Aquel que es "todo él codiciable" se convertirá para ellos en un compañero diario y un amigo familiar, y sus vidas se transformarán en la imagen de su pureza.

[Dios] adornaría a nuestros caracteres con su propia rica gracia. Él desearía que nuestras palabras fueran tan fragantes como las flores del campo. Review and Herald, 19 de mayo del 1896.

Concluido.

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