Friday, November 9, 2018

Buscando a los Perdidos



La oveja que se ha apartado del redil, es la más indefensa de todos los animales. Si el pastor compasivo no busca al vagabundo, no encontrará el camino de regreso. El pastor debe tomarlo en sus brazos, y él mismo lo llevará hasta el redil. Así ocurre con el alma que se ha alejado de Dios. Es tan indefensa como las pobres ovejas perdidas; y si el amor divino no acudide en su ayuda, nunca encontraría el camino a Dios ...
Gracias a Dios, no se presenta a nuestra imaginación la imagen de un pastor acongojado que regresa sin la oveja. Aquí está la garantía divina de que ni una sola de las ovejas y corderos que se alejan del rebaño de Dios se pasa por alto, y ninguno se queda sin socorro. Todos los que se sometan a ser redinidos, Jesús rescatará del pozo de corrupción y de las espinas del pecado. Que todos los abatidos y desconfiados, tomen valor, aunque hayan pecado, no deben pensar que tal vez Dios perdonará sus transgresiones y les permitirán acercarse a su presencia; sino que deben recordar que es Dios quien ha hecho el primer avance, que ha ido a buscarles mientras todavía estaban en rebelión contra él. Con el tierno amor del pastor, dejó las noventa y nueve y salió al desierto a buscar a su errante. Al alma, magullada y herida y lista para perecer, la rodea en sus brazos y la lleva con alegría al refugio de seguridad ...
Si está en comunión con Cristo, pondrá Su estimación sobre los hombres; sentirá por los demás la misma ansiedad, el mismo amor profundo que Él tiene por ti. Entonces podrá ganar, no arrear, atraer, no rechazar, las almas por las que Cristo murió. Protegerá y cuidará a las ovejas y corderos de su redil ... Todo el cielo está listo para cooperar con usted en esta obra. La salvación de los perdidos es el objeto del más intenso interés para las huestes celestiales, y los ángeles le ayudarán en sus esfuerzos por alcanzar los más descuidados y endurecidos.
Y cuando os perdidos sean hallados y devueltos al redil, sus cánticos de alegría se unirán con el regocijo de la familia de en ek cielo.

General Conference Bulletin, 1 de diciembre del 1895.

Concluido

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