Wednesday, March 4, 2020

Mire a Jesús en Oración






En todo el campamento de Israel había gente sufrimiendo y moribundos que habían sido heridos por el aguijón mortal de la serpiente. Pero Jesucristo habló desde la columna de nube, y dio instrucciones para que la gente pudiera ser sanada. Se hizo la promesa de que cualquiera que mirara a la serpiente de bronce viviría; y en aquellos que miraron la promesa fue verificada. Pero si alguien decía: “¿Qué bien hará el mirar? Ciertamente moriré bajo el aguijón mortal de la serpiente "; Si continuaban hablando de su herida mortal y declaraban que su caso no tenía remedio y que no realizarían el simple acto de obediencia, morirían. Pero todos los que miraban vivían. . . .

Nuestra atención ahora se llama para que la fijemos en el Gran Médico. "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". Mientras miremos nuestros pecados, y hablemos y deploremos nuestra condición miserable, nuestras heridas y llagas putrefactas permanecerán. Es cuando quitamos nuestros ojos de nosotros mismos y los fijamos en el Salvador elevado, que nuestras almas encuentran esperanza y paz. El Señor nos habla a través de Su Palabra, ordenándonos "mirar y vivir". "El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz. Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida. El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna".

Hay muchas razones por las cuales debemos sentirnos alentados a tener esperanza en la salvación de nuestras almas. En Jesucristo se ha hecho toda provisión para nuestra salvación. No importa cuáles hayan sido nuestros pecados y defectos, hay una fuente abierta en la casa de David para todo pecado e impureza.

"Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana." Esta es la palabra del Señor. ¿La aceptamos? ¿Creeremos en Él? —Signs of the Times, 2 de abril del 1894.



No comments:

Post a Comment